Herejía de Horus 05: Fulgrim - Reseña (review)

Muy buenas a todos, seguidores de Profanus40k y lectores de la red. Hoy llega otra de esas de nuestras reseñas, en esta ocasión sobre una novela de la Herejía de horus que leí meses antes del verano pero, por azares del destino, me había dejado en el tintero. La novela más macabra de todas las que he leído sobre Warhammer 40k, Fulgrim.

== Cuidado, se desvela el final de la trama ==

Sexo, drogas, excrementos, música, arte, hedonismo, perversión, corrupción, excesos... son palabras que definen muy bien al dios del Caos Slaanesh, el Príncipe Negro, y no porque sea negro de piel, sino porque es más oscuro que el resto de sus hermanos divinos. Estas mismas palabras podrian definir a esta novela de Graham McNeill, que la convierten en una de las novelas de la Herejía de Horus más complejas e interesantes de todas las que he leído.

La trama

La historia se centra por completo en los Hijos del Emperador y su obsesión por alcanzar la perfección. Creados con problemas que casi aniquilan a la Legión, Fulgrim quiere conquistar con velocidad los mundos en su ruta para igualar la gloria y gestas de sus hermanos Primarcas; no sin además vanagloriarse de ello claro. Sus andanzas llevan a la flota de expedición de la Legión hasta el mundo de Laeran, un planeta oceánico habitado por una raza alienígena conocida como los Laer.

El mundo posee una serie de enclaves en la superficie donde las fuerzas de los Hijos del Emperador, bajo el mando de personajes tan ilustremente conocidos como el Comandante Eidolon, hacen frente a estos peculiares alienígenas que les atacan con extrañas armas que despiden ondas letales de colores y que combaten bajo un canturreo increiblemente duro que suena desde sus ciudades por una especie de megafonía, que actua como onda de choque contra los atacantes. Cabe destacar que los Laer son letales y más fuertes que los propios Astartes, que les van ganando terreno poco a poco sufriendo una gran cantidad de bajas gracias a su apoyo aéreo.

Fulgrim se enfada porque los Laer están conteniendo mucho a sus guerreros, que deberían ser perfectos y no dejar que nada les detuviera. A medida que los guerreros de la Legión se adentran en la ciudad descubren un templo y Fulgrim decide encabezar el asalto. La batalla por el templo desemboca en una orgía autodestructiva de Laer que parecen estar disfrutando, gozando y copulando mientras palman. Allí Fulgrim encuentra la espada Laer que reclama para sí como trofeo por la victoria.

A todo esto y de forma paralela se no muestra la historia de rememoradores que poco a poco van sufriendo las consecuencias de los actos de Fulgrim. Tras "conquistar" el planeta el cántico de los altavoces se acalla y el Primarca ordena a los rememoradores que bajen al mundo para dar testimonio de la victoria. Todos los que bajan se ven influenciados por las perversiones extrañas a las que son expuestos y poco a poco eso irá afectando a su juicio y actuaciones a lo largo de la novela.

También se da especial relevancia al amor de esta Legión por el arte en todas sus formas: música, teatro, pintura, escultura... a medida que la influencia de Slaanesh se va haciendo patente de forma sinuosa, las representaciones en todas sus variantes va adquiriendo matices perversos: pinturas hechas de sangre y excrementos, esculturas grotescas y deformadas, obras de teatro extrañas y excéntricas... el autor no se deja nada, todo lo que pueda ser transformado en algo grotesco y siniestro, lo hace. Los propios rememoradores llegan a extremos desmesurados en algunos puntos.

Así pues también se nos muestra al apotecario jefe Fabius, que gracias a los hallazgos de Laeran quiere mejorar a los guerreros incorporándoles a los que lo deseen, de forma "clandestina", armamento sónico como el que emplean los Laer con letales resultados, además de investigar en la semilla genética (que no debería  hacerse ya que es obra perfecta del Emperador) por orden del Primarca Fulgrim para depurar cualquier mácula que en ella pueda haber. Así pues, guerreros como el Comandante Eidolon adquieren estas mejoras, y hacerse con elementos como drogas de combate para ser los mejores soldados, tener mejores aptitudes...

Fulgrim poco a poco va descendiendo hacia la locura debido a la espada Laer que con insidia susurra en su mente cosas pecaminosas y prohibidas, mentiras y medias verdades. Al final se nos muestra el comienzo dela Herejía, donde Fulgrim se une a Horus del todo y trata de convencer a su hermano Ferrus Magnus de que también lo haga. Este, con menores fuerzas, se niega y todo desemboca en un combate final entre ambos hermanos donde el gigantesco Primarca de los Manos de Hierro es abatido por los certeros golpes de Fulgrim que levemente se da cuenta de lo que acaba de hacer, lo que irremediablemente le lleva al camino más oscuro de todos...

Conclusión

A diferencia de otras novelas que me han gustado como Mil Hijos o la Garra de Horus (esta última con spanglish, pero poquito), esta ha logrado cautivamente por lo perversa y cruda que es. Creo que hasta la fecha es la novela de las oficiales de GW que ofrece una visión tan profunda de lo que acabar siendo siervo de Slaanesh (aunque no lo sepas) puede conllevar y a los extremos que puede llegar una persona por sus obsesiones.

No sé si estará inspirada o plagiará cosas de otras, pero la verdad que para ser una novela de la Herejía de Horus está muy, pero que muy bien. Hasta la fecha es la que más recomiendo de las que he leído, que las podré en orden de preferencia (no de lectura) por si alguien se anima a leerlas (si es que no lo ha hecho ya).

• Fulgrim
• Mil Hijos
• El primer hereje
• Traición en Calth

- Legión (la tengo pero aún no la he leído, ¡cuando lo haga ya veremos!)

PD: otra cosa buena de esta novela es que es de la era pre-spanglish, así que no os tendréis que comer la mierda esa de leer "Los Emperar's Children avanzaron mientras su 1st Company Comander Eidolon cargaba con ellos contra los Laer".

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