Herejía de Horus 24: Traidor (Betrayer) - Reseña (review)

Muy buenas a todos, herejes y religiosos con pensamientos divergentes y peligrosos. Hoy traigo una reseña de uno de los libros que ha caído últimamente en mis manos. suelo tener poco tiempo y el poco me lo consumen muchas actividades, pero he podido sacar hueco este mes de abril para leerme Traidor, una novela a la que le tenía muchas ganas. Seguidme para adentrarnos en las oscuras profundidades de una reseña con destripe, como bien le gusta a Angron, primarca de los Devoradores de Mundos.

Contexto

Tras los hechos ocurridos en Istvaan III y la Masacre de Istvaan V, las flotas traidoras se dispersan para llevar a cabo el malvado plan de Horus Lupercal, en anterior Señor de la Guerra del Imperio, convertido ahora en un calvo malvado adicto al caos. Parte de estos planes implican dispersar a las legiones leales al Emperador y mermar sus fuerzas. Los Portadores de la Palabra golpean a los Ultramarines en Calth, pero su ataque no acaba ahí. De la mano de los Devoradores de Mundos, comienzan la Cruzada de las Sombras para llevar la muerte a los Quinientos Mundos de Ultramar y desatar la Tormenta de la Ruina.  

La trama

-- Cuidado, SPOILER --

Las flotas de los Devoradores de Mundos y los Portadores de la Palabra se abren paso a través de Ultramar desatando el caos y la destrucción. Los Devoradores por el mero hecho de matar, ya que los Clavos del Carnicero les vuelve dementes y psicóticos, y los Portadores de la Palabra atendiendo a las lecciones de su primarca que busca un objetivo más esotérico... desatar la Tormenta de la Ruina (con erótico resultado). 

Sus esfuerzos les llevan a Armatura, donde los Ultramarines forman a sus nuevos cadetes y las dos legiones quieren golpear para dar un mensaje contundente al reino de Ultramar que quede. Allí, los Devoradores de Mundos, liderados por su primarca, ya más loco que cuerdo, caen en una trampa de los ordenados Ultras. Angron queda enterrado bajo una ciudad en escombros que se autodestruye para sepultarlo mientras en las calles reina el caos y la destrucción. Lorgar baja para apoyar a su hermano y realiza una especie de sacrificio para proteger su lugar de ascenso de entre los escombros, ya que este emerge a base de hachazos. Lorgar recibe disparos directos de los bláster de plasma de un Titán Warhound. Esto le deja destrozado y abrasado. 

Angron finalmente surge, tira sus hachas (Destripadora y la otra) al suelo y entre los traidores que quedan logran masacrar lo que queda del mundo, acabando con toda forma de vida y salando la tierra. 

En el interludio entre eso y su objetivo final, Nuceria, hay una serie de debates sobre los honorables y dispuestos que en el fondo son los Devoradores de Mundos, que el pobre Angron es así porque él quería morir cual Espartaco y no le dejaron; y otra clase de historias turbias (como que Argel Tal, uno de los Gal Vorbak que conocimos en la novela El Primer Hereje, resucita a la confesora de la palabra, una ciega de Monarchia, gracias a la ayuda de Erebus). La trama prosigue avanzando subtramas globales como la "derrota" de las fuerzas enviadas a Calth cuando llega Erebus (fuerzas enviadas para que se mataran solas con los Ultramarines en "sacrificio") y como todo el mundo piensa que Angron va a morirse de dolor de cabeza por los clavos. 

Finalmente, tras mucho llorar, llegan a Nuceria, donde Angron tiene muchos recuerdos reprimidos y traumitas de primarca. Ve los huesos de sus antiguos compañeros gladiadores muertos y con los que debería haber muerto de forma épica, pero el Emperador le salvó, maldito hijo de su..., provocándole pesadillas y haciéndole sentir desdichado. Bueno, la cosa no termina en degenerar en una purga de todo lo que queda vivo en Nuceria para que el traumitas se quede tranquilo. En el proceso aparece una flota de Ultramarines (¡!) y se desata el clímax de la novela. 

El Fidelitas Lex, nave insignia de los Portadores de la Palabra, cae en batalla, desplomándose en el mar cerca de la ciudad capital donde están llevándose a cabo los combates más duros de toda la novela:

• Kharn lucha junto a Argel Tal para abrirse paso por la ciudad y cuando un Imperator de la Legio Oberon es desembarcado cerca de la ciudad hacen lo que cualquier ser sensato haría, ir a saco a por él y quedárselo. La Legio Audax les apoya, ya que unos ganchos con cadenas son mejores que la variante de titán más poderosa del Collegia Titanica, que no llega siquiera a disparar ni autodestruirse. 
• Lorgar es sorprendido por Guilliman, que le recuerda que una galleta a tiempo suele quitar mucha tontería. Sin embargo, Angron se entromete y apaliza a Guilliman que se ve sobrepasado por un primarca que le tira rayitos y otro que le intenta rajar para quitarle los oros. 
• En el espacio, los Ultramarines llevan las de ganar, pero los Portadores de la Palabra tienen naves descomunales como la Abismo furioso (de la novela la Batalla por el Abismo) que poco a poco les dan la ventaja. 

Cuando todo llega al cenit, Lorgar hace su abra cadabra y se libera la Tormenta de la Ruina, al menos en ese planeta, y Angron es convertido en demonio. La novela no te cuenta qué pasa finalmente con Guilliman (si huye, o como huye, o si se coge una silla y se come unas palomitas mientras pasa todo esto), pero sí que Lorgar ha conseguido su objetivo, y salvado a Angron de morir. 

Ah, y Erebus le mete tremendo sable por detrás a Argel Tal, que muere. Kharn intenta vengarle pero Erebus se teleporta cuando está a punto de recibir el fatality que le corresponde. 

Opinión

Traidor, una novela que tenía ganas de leer. La verdad que la he terminado con una sensación agridulce, me explico: está bien eso de que quieran hacerte empatizar con los personajes de la novela, pero me juntas historias de nobleza y honor con que... tengo los clavos del carnicero en el coco, el honor para la madre que... ah no... que en el fondo sí que hay honor, es el honor de las pequeñas cosas (sonido de radial cortando hueso). 

Aparte de eso, encuentro algunas situaciones muy precipitadas y sin sentido para la trama general, que hacen que, tras una primera lectura, me haga muchas preguntas. Y al final todas acaban igual, es porque la trama lo necesita. En un mundo de ultramarines, cae una ciudad y bum, ¿ya todo el planeta está condenado? A efectos de lo que se describe y ve, solo por masa bruta de personas debería costar muchísimo más, pero es que la trama necesita pasar de un sitio a otro, y a otro, y a otro, y deprisita que se acaban las páginas. Intenta transmitir drama pero nunca llegar a tomártelo en serio. 

Y Argel Tal, el guerrero desencantado y poseído del Primer Hereje en esta es un poseído emo necrofílico que casi todo el rato es inmortal hasta que ya no tiene sentido que lo sea. Resiste ataques que te hacen replantearte las propias leyes de la física y pum, muerte por tremendo navajasho. 

Adicional a todo esto, están los Portadores de la Palabra, convertidos en relleno puro y duro, su primarca un bipolar extraño que va de poderoso, pero todo le da galletas en la cara: los titanes, su hermano, la vida... para ser el que se supone que orquesta la traición en las sombras y potencia la corrupción de quienes le rodean con el credo al caos, su desarrollo es cuanto menos... peculiar y pobre. No me extraña que Horus le de una paliza como castigo en la novela Esclavos de la Oscuridad. Me encantan los Portadores de la Palabra, pero en muchas de estas novelas veo que los usan como cemento para interconectar cosas solamente. 

En resumen, es entretenida pero tampoco sorprendente. Espera algo plan la novela Mechanicum, pero me llevé un Titandeath.  

¡Y si te ha gustado la reseña compártela!

Aquí puedes ver todas nuestras reseñas: REVIEWS

Aquí puedes ver todas las reseñas que tenemos hasta la fecha: Índice Herejía de Horus