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23 de febrero de 2021

Herejía de Horus 53: Caída de los Titanes (Titandeath) - Reseña (review)



Muy buenas a todos, entusiastas de la profanación y fans de la Herejía de Horus. En el día de hoy traigo una reseña que ha tardado un año en parirse (básicamente porque no he tenido tiempo de acabarla hasta hace poco): la Caída de los Titanes, Titandeath, ambientada en la descomunal batalla en el sistema Garmon donde las Legiones de Titanes se masacraron entre ellos en uno de los conflictos más destructivos del universo de Warhammer.


Contexto

Estamos en el milenio 31, la Humanidad se ha unido bajo una única bandera y el Emperador gobierna mientras sus legiones de Marines Espaciales conquistan la galaxia. Liderándoles se encuentran sus generales, los primarcas. Pero uno de ellos ha rechazado la luz del Emperador y ahora es un calvo insuflado de pura maldad. Ha logrado que casi la mitad de las legiones se unan a su causa y ha arrasado la galaxia con su guerra, una guerra conocida como la Herejía de Horus. Ahora, esta lucha ha llegado hasta los límites del Segmentum Solar (el trozo de galaxia donde está Terra), y su furia se centra en el cúmulo Garmon, una serie de sistemas solares por donde se debe transitar para llegar bien hasta el Trono del Imperio. Esta es una pequeña historia de las batallas del cúmulo...

La trama

-- Cuidado, SPOILER --

Dorn y Malcador están repasando la estrategia para la defensa del palacio imperial. Viendo como Horus ha extendido su guerra por la galaxia, pero también conocedores de que no puede ganar si logran resistir. Roboute Guilliman y sus amigos llegan del este galáctico y van a patear culos traidores, por lo que Horus debe acelerar sus planes si quiere acabar con el Emperador. La llave reside en el cúmulo Garmon, una serie de mundos imperiales donde se está concentrando la mayor parte de fuerzas traidoras. Dorn cree que ahí puede contenerse la marea y ganar tiempo para que lleguen los amados Ultramarines, alabados sean, y mientras las fuerzas traidoras rompen contra esos mundos, Terra seguirá a salvo. Para ello, ordena que la mayor parte de las naves, decenas de fuerzas de tierra, las legiones de los Ángeles Sangrientos y los Cicatrices y decenas de Legios Titanicas se dirijan allí para hacer frente al enemigo, el futuro de la Humanidad está en juego.

Ahora la trama nos lleva al pasado y presente de la princeps Majoris de la Legio Solaria, Mohana Mankata VI y los orígenes de la fundación de las Cazadoras Imperiales, ya que los princeps son todos mujeres; ahora Mohana es una anciana dentro de un tanque amniótico en a cabeza del Titán Warlord Luxor Invictoria. Ella y su legio, junto con otro gran contingente de fuerzas leales están de camino a los mundos del cúmulo. Al llegar sus órdenes indican qe deberán luchar por los espaciopuertos de Theta-Garmon, un gigante de gas, donde un gran contingente de la Legio Fureans (casi 100 titanes) y casi una treintena de la Legio Vulpa se encuentran desplegados, ya que han capturado previamente el lugar. En este punto la trama nos transmite que la Legio Vulpa ha atentado contra el honor de Solaria, y es el momento de la venganza... chan chan chaaan.

El libro nos da todo tipo de detalles de cómo las huestes de Caballeros, que hacen de escoltas y hostigadores para las Legios, se despliegan en vanguardia lanzando proclamas. La suya es inicialmente una lucha en el vacío y como tal la flota debe defender las naves de carga con los Titanes en su interior, ya que si son destruidas, los titanes lo son con ellas. Por el lomo de la principal se despliegan las huestes de Caballeros de Procon Vi ("vai" como dice el audiolibro) listos para luchar contra las defensas enemigas. Al aproximarse, decenas de cápsulas del nuevo Mechanicum (el oscuro) aborda la nave por doquier mientras las torretas de defensa les masacran y sus ciborgs de combate son aniquilados por los caballeros, que poco a poco van siendo echados atrás por los autómatas enemigos armados con las nuevas y temibles armas disformes. La lucha es demencial: gigante blindado contra gigante blindado, huestes de autómatas mutados luchando contra los poderosos Caballeros y seres mecanodeformes intentando corromper los sistemas de la nave. Y mientras, los titanes, aguardan...

La gigantesca nave se acerca poco a poco, y los titanes empiezan a despertar. Se nos relata cómo es el interior de un reaver, para qué sirve cada uno de los moderatii y cómo se realiza el proceso de "activar" un titán, así como el proceder de la Legio Solaria al arrancarlos, siguiendo los protocolos de Tigris. La princeps (que en la Legio Solaria son todas mujeres) se conecta al titán, describiéndose lo dolorosas y alucinógenas que son las experiencias de unir las consciencias de la máquina y ella en una sola. El titán está enfadado y no quiere responder, ha permanecido dormido demasiado tiempo...pero su princeps sabe sacar lo mejor del Reaver: "Domine... la legio Vulpa camina sobre Theta Garmon, ¡es la hora de la vindicación!". El titán arranca, 100% operativo y listo para la batalla. La nave finalmente aterriza con un tremendo resonar y los amarres son liberados. Con los Warhound abriendo paso y disparando mientras avanzan por encima de las masas de fuerzas de defensa de la nave y enemigos de tierra luchando, los titanes de la Legio Solaria marchan a la guerra.

Ahora el foco cambia a los miembros de la Legio Vulpa, en concreto a uno de sus princeps a bordo de un Warlord: Terrent Harrtek, Princeps Majoris, al mando de Nuntio Dolores (Heraldo del Dolor). Este recibe una comunicación de la Legio Fureans ofreciendo su apoyo, pero este lo deniega y les corta las comunicaciones: odia mucho y muy fuerte a Solaria, y son suyas, él se encargará desde su titán, un Warlord armado con un cañón volcán Belicosa, una garra de combate Arioch y dos torretas con bláster láser. Se da todo lujo de detalles de qué puede hacer cada arma, cómo afecta al titán y como hace daño en combate (vamos, que es un titán tal que así). Este odio no es por ser un traidor al Imperio ni nada similar, sino por un escarceo amoroso con una de las princeps de Solaria, con la que tuvieron un vástago que fue apartado del lado de la Legio Vulpa y sumado a las huestes de Solaria. La Legio Solaria loga atrapar a la Vulpa en sus redes, y les hace retroceder hasta que acaban batiéndose en retirada. Iridium es de Solaria. 



La trama ahora se centra en Vulpa, en su base, tras la derrota. Ellos son muy machos y muy duros, son los Devoradores de Mundos de las legiones de titanes, y han sido rechazados en combate por unas cazadoras con titanes más ligeros. Inaceptable. Harrtek quiere la gloria del combate cuerpo a cuerpo (dentro de un titán de un montón de metros de alto), pero los otros titanes tienen armas de disparo, qué mal. ¡Malditos misiles y armas a distancia! Ah, pero en esto que Harrtek recuerda el pasado... cómo las legios Vulpa y Solaria se conocieron. Ella, todas mujeres, muchas calvas para poder tener los implantes de princeps; en su lado, todos gorilas peleones... hubo una atracción animal gorilas-calvas... Harrtek y una de las princeps se lo montan a pelo, algo raro en la Gran cruzada. Ella se quedó embarazada y la criatura fue apartada de su amoroso, aunque temperamental y homicida, padre...

Ahora nos centramos en ella, Esha Ani Mohana, princeps del titán Reaver, Domine Ex Venari (Señora de la Caza), que recuerda el embarazo natural, los dolores, el ¿amor? ¿en el lejano milenio? aquí no hay de eso. Esto de quedar embarazada la apartó de la línea de sucesión en la Legio Solaria, siendo una vergüenza ya que rompe el precepto de la legio, "La Legio Primero". Todo sucede mientras a nuestro alrededor se haya Garmon III, donde billones han muerto en una descomunal batalla por el planeta. Su manípulo se halla buscando a un titán de la Legio Defensor que tiene una baliza de socorro activada entre los restos de una ciudad colmena arrasada. La zona se está inundando; es interesante ver como los titanes también pueden meterse bajo el agua y surgir casi como si nada. Encuentran el "cadáver" del titan Defensor, un clase Rapier, más ligero que un Warhound incluso. Rodeados como están de cadáveres humanos arrastrados por el agua, la ciudad colmena comienza parte de su derrumbe hacia el océano... la zona ha sido un matadero, el agua es tóxica y el aire apenas respirable, parece que nada vivo queda allí, no hay supervivientes... así que destruyen al titan caído antes de volver a la base para que el Mechanicum Oscuro no profane los restos...

Ahora la guerra avanza hasta la ciudad de Nyrcon (la segunda batalla de Nyrcon la jugamos aquí) en Beta-Garmon II. Este lugar ha sido el escenario de varios contragolpes entre leales y traidores, en este caso está en manos traidoras y los leales deben recuperarla. Se sucede un asalto sobre el planeta liderado por los ángeles Sangrientos, que se abren paso al frente de 30 legiones de titanes para retomarlo. Cientos de titanes se baten en combate sobre los campos irradiados de Beta Garmon II en lo que posteriormente conoceremos como Titandeath. Sanguinius y sus fuerzas se encuentran frente a un Imperator traidor al que hacen frente con sus fuerzas de Guardia Sanguinaria: una impresionante batalla en la que los leales logran destruir el Imperator desde dentro. En la órbita, las fuerzas de los ángeles Sangrientos lideran un asalto sobre el Yunque, una estación espacial de defensa custodiada por los Hijos de Horus que resisten ferozmente el asalto de los Sangrientos mientras en tierra los leales rodean Nyrcon. 

En paralelo a esto se muestra el auténtico plan de los traidores, pues asaltan Beta-Garmon III para destruir la torre astropática que hace de foco de comunicaciones para los imperiales. Los miembros de la Legio Vulpa se han sometido a un ritual oscuro y sus titanes ahora son entes semiorgánicos, su animus machina es ahora un caldero hirviente de sangre rabiosa que exuda furia y el titán de Harrtek es ahora el primer titán Banelord del Caos, una suerte de titán Warlord berserker del caos. Harrtek está unido a este nuevo ente demoníaco, sediento de sangre. El asalto se desata. 

La Catherga telephatica está protegida por unos cuantos titanes, que hacen frente al asalto defendiendo los muros. El titán de Harrtek está a tope de esfuerzo, apenas sin escudos y haciendo frente a un Warlord Astorum cuerpo a cuerpo. Los misiles y el destructor de plasma golpean el blindaje de Nuntio Dolores, pero la posesión le hace fuerte. Tras golpear al titán leal y apartarle, sus bláster láser y su cañón volcano destruyen su cabeza y torso. ¡Sangre para el Dios de la Sangre!

La batalla se recrudece y el titán de Esha Ani Mohana acaba frente al de Harrtek al borde de uno de los muchos abismos de la zona que rodea la Catherga. Tras recriminarse temas emocionales y sentimentales, Esha lanza a su titán contra Harrtek y ambos caen al abismo. El primer asalto de los traidores está logrando se repelido y cuando todo parece ganado llega la Legio Mortis, con sus titanes en perfecto estado, pues llevan semanas lejos del campo de combate, con municiones y blindajes en perfecto estado. Comienza un brutal bombardeo que destruye la estructura de la Catherga, conocida como "la Aguja", que empieza a desmoronarse mientras los astrópatas aúllan de terror mientras se precipitan a su muerte. Beta-Garmon III ha caído.

En Nyrcon, los Ángeles Sangrientos se dan cuenta que han sido presas de una trampa. Las fuerzas de los Hijos de Horus eran "nuevos miembros", prescindibles, empleados para atraer a los astartes leales. Detonan el yunque, que se precipita sobre Nyrcon, cerrando la trampa: generar la máxima destrucción de leales. Muchos salen disparados por la onda de choque, que destroza titanes, soldados y edificios en general. El titán Warlord de la Princeps Majoris de la Legio Solaria, Luxor Invictoria, pilotado por Mohana Mankata VI queda gravemente dañado, y ella también. Tras la destrucción desatada, Sanguinius acepta que el tiempo disponible para contener a los traidores ha llegado a su fin, toca retirarse del cúmulo Garmon. 

Mucho ha quedado atrás, se logra recuperar el titán dañado de Mohana Mankata VI y ella muere dando sus últimas palabras a las pocas supervivientes de la legio. Las pocas fuerzas restantes están en camino hacia Terra...

En los resto de la Catherga telephatica el Mechanicum Oscuro revisa los restos, buscando reliquias de titanes caídos. Un extraño y sobrenatural golpeteo suena entre las rocas. Harrtek recobra la consciencia... está bajo un montón de escombros dentro de su titán. Ahora está más cambiado aún que antes, su cañón volcán posee dientes y su garra Arioch ha cambiado a una más horrenda y mutada. Poco a poco se alza de entre los escombro, el cuerpo de Harrtek ahora estaba fusionado con el titán rodeado de huesos y metal. Ahora estaba atrapado en una agonía, ensartado por filos de hueso, rodeado de un horror y la cara de seres disformes y sangrientos. Su titán es ahora un titán demoníaco, con tentáculos biónicos gigantes que lanzan ácido y un largo rabo óseo... Harrtek aulló en la demencia de su mente rota mientras un Titán del Caos nacía en el universo.

En Terra, Malcador recibe el mensaje de Sanguinius, se ha perdido el cúmulo Garmon. El Imperio, con su cultura, esperanza y sueño de una humanidad libre y unidad... había muerto. En Terra las campanadas se extendieron por doquier. El comienzo del fin había llegado. 

Opinión

Titandeath es una novela de la Herejía de Horus que se centra en dos legiones de titanes, pero sobre todo, es la historia humana que hay detrás de estas dos: las de sus princeps. Tres personajes principales centran la trama a su alrededor. La princeps majoris de Solaria, una de sus descendientes y el Princeps de Vulpa, Harrtek, como los tres ejes del relato; la primera siendo el eje conductor asociado al imperio, la segunda representando la cara más humana del conflicto y el tercero la traición y sus consecuencias.

Como muchos antes, esperaba más titanes, más explosiones, disparos y destrucción, ya que se ven como un telón de fondo que asoma en cada escena pero no deja de quedar de fondo. Esto evita ser una novela monotemática de tiros, "bolter porn", sin embargo te deja con muchas ganas de haber profundizado en lo que hay detrás: la muerte de muchas legios de titanes, los desesperados asaltos y el sufrimiento de millones, que se ven como algo distante, algo muy pasado por encima. 

No deja de ser una novela interesante, pero no será la favorita de muchos. 

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