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21 de agosto de 2015

Escudo de Baal - Deathstorm, El destino de Phodia (Trasfondo)



Muy buenas a todos, lectores. ¿Cómo va ese verano? hoy os dejo un trozo del trasfondo de Escudo de Baal: Deathstorm que llegará... bueno, dentro de unos meses, pero os traigo un adelanto para poner los dientes largos ¡A disfrutar del buen tiempo!

EL DESTINO DE PHODIA

La Flota Enjambre Leviathan se esta dando un festín con el sistema Cryptus, con sus mundos y ciudades ahogados bajo mareas de biohorrores del vacío. Dispersas bolsas de resistencia imperial apenas se mantienen contra el inimaginable número de Tiránidos. Llegando en su ayuda, la 1ª y 2ª Compañias de los Ángeles sangrientos se lanzan sobre el sistema asediado.

Karlaen, Capitán de la 1ª Compañía de los Ángeles Sangrientos, observaba el mundo de Asphodex a sus pies. Tras la distorsión generada por los escudos de vacío de la barcaza de combate, las pesadas nubes grises del planeta estaban atravesadas por enfermizas hebras púrpuras, cada una de ellas viva con miles de millones de pequeñas formas retorcidas. Mientras observaba, oscuras formas pasaban frente al masivo puerto de vigía de la nave, cada una brillante forma alargada que reflejaba débilmente la luz de los soles gemelos de Cryptus. Las bionaves se movían sobre la atmósfera superior del planeta y Karlaen pudo ver pertubaciones en las nubes bajo ellas, como huracanes vistos desde arriba. Las bionaves se estaban alimentando y en breves acabarían con toda la vida de Asphodex.

El Capitán había visto mundos bajo el control del Gran Devorador muchas veces en el pasado y estos raramente sobrevivían una vez que la Mente Enjambre había logrado rodearlo con sus tentáculos. No, lo que podía ver era un mundo condenado y allá abajo no quedaría nada más que sangre y muerte bajo las pesadas nubes. Sin embargo, sus órdenes eran claras, transmitidas directamente por el Comandante Dante en el concilio del Gran Sacerdote Sanguinario Córbulo. A pesar de que Karlaen no guardaba enemistad alguna con Córbulo, no podía entender qué podía motivar el hecho de enviar a la 1ª Compañía de Exterminadores a realizar tal tarea. Las primeras oleadas de asalto de los Ángeles Sangrientos se estaban preparando para caer sobre las ruinas de Phodia, la capital de Asphodex. Aquella misión era un desperdicio de potencial, si el Gobernador Augustus seguía con vida, no sería durante mucho rato. Y era el deber de Karlaen encontrarlo y así se haría.

Su hermano sargento de mayor confianza, Alphaeus, estaba a su lado. Karlaen hizo un gesto a Alphaeus y le acompañó al teleportarium a la barcaza de combate. Al poco sus hermanos estaban a su alrededor, un grupo de Exterminadores formando sobre la plataforma, revisando sus armas y recitando sus juramentos mientras el Tecnomarine y los servidores del Capítulo cantaban plegarias a la sagrada maquinaria. Había pocas cosas que generaran siquiera una sombra de miedo en el corazón de Karlaen pero detestaba emplear el teleportarium. Había algo intrínsecamente malo en como funcionaba aquella máquina. Aunque era tácticamente útil y múltiples batallas habían sido ganadas gracias a la súbita aparición de los Exterminadores.

Ya no había tiempo para seguir pensando; los escudos de presión se cargaron y cobraron vida mientras las plegarias del Tecnomarine alcanzaban su punto álgido. Y entonces no quedó nada excepto vacío y en una completa deprevación sensorial Karlaen se olvidó de que estaba hecho de carne y sangre por un segundo. Entonces sus sentidos se saturaron de estímulos con una oleada de sonido y olores, y moviéndose como uno solo, los Exterminadores avanzaron como uno solo.

EL ESCUDO DE BAAL
Como raza, los voraces Tiránidos son relativamente nuevos en esta galaxia. Sin embargo, en los breves siglos que la Mente Enjambre ha atacado al Imperio, ha crecido hasta considerarse una amenaza a nivel galáctico. Mundos y sistemas enteros ha sido dejados atrás limpios de cualquier rastro de vida por el Gran Devorador y, aunque el Imperio ha hecho todo lo posible por evitarlo, los Tiránidos están cada vez más cerca de la Sagrada Terra.

Uno de estos asaltos alienígenas se ha abierto paso devorándolo todo a su paso por debajo del plano galáctico: la Flota Enjambre Leviathan. A través de un inmenso frente, el Leviathan a caído sobre incontables mundos por todo el Segmentum Ultima, Tempestus y Solar. Uno de sus tentáculos se acerca a Baal, el mundo natal del Capítulo de Marines Espaciales de los Ángeles Sangrientos. En caso de que los Tiránidos pudieran alcanzar Baal con suficiente fuerza, lo que se gestaría sería poco menos que un desastre. La amenaza era tan seria que el Comandante Dante, Señor del Capítulo de los Ángeles Sangrientos, forjó una gran alianza de Capítulos y gobernadores de los sectores cercanos para defender su mundo natal.

Por todo el sector de la Cicatriz Roja, un área del Ultima Segmentum bañado por la siniestra luz de una estrella moribunda y una intensa radiación, los Ángeles Sangrientos estuvieron combatiendo en sistema tras sistema. Cada uno de tales conflictos intentó ganar tiempo para la defensa de Baal y para poder debilitar a los Tiránidos. Su intención es la de poder cortar los tentáculos de la Flota Enjambre Leviathan y destruirlos uno a uno.



LLEGA EL LEVIATÁN
El sistema Cryptus se encuentra cerca del sistema Baal y ambos se consideran vitales para la defensa del sector. Cuando las oleadas de la Flota Enjambre Leviathan se extendieron por los mundos de Cryptus, el Imperio se lanzó a defenderlos. En sus muchos mundos, las filas del astra Militarum, Adepta Sororita y las fuerzas de defensa planetaria de la dinastía Flaxiana se unieron bajo la luz de los soles gemelos de Cryptus y se armaron de valor para repeler el asalto en ciernes. Los defensores confiaron en que su número y sus formidables defensas orbitales, desplegadas por todos los rincones del sistema, les darían la victoria.

Pero no fue suficiente. El Leviathan lanzó sus enjambres sobre las defensas exteriores de sistema, destruyendo las plataformas celestiales y las gigantescas baterías de armas con la fisionomía alienígena de sus millones de bionaves. En un círculo, las esporas oscurecíeron los cielos de los cinco mundos de Cryptus: Tartoros, Asphodex, Lysios, Ixoi y Aeros. Aunque los defensores del Imperio lucharon con valentía, se enfrentaron a un enemigo aparentemente infinito y uno tras otro, los planetas fueron cayendo.

En el torbellino de aquella guerra desesperada, los capítulos de los Ángeles Sangrientos y los Desgarradores de Carne lanzaron su asalto en gran número. Llegando demasiado tarde para salvar Cryptus de la destrucción, Dante ordenó a sus guerreros en su lugar que privaran a los Tiránidos de su festín, acabando con las infraestructuras alienígenas y acabando con sus organismos alimentadores. Si este sistema se perdía, al menos podrían disminuir la biomasa que los Tiránidos podrían lanzar contra Baal. Atravesándo la oscuridad, la flota de los Marines Espaciales se abrieron paso hacia el núcleo del sistema. Abriendose paso a través de los restos aún en llamas de los sistemas defensivos, la flota volvió sus baterías de cañones contra toda bionave que se cruzó en su camino.

Sin embargo, desconocido incluso por muchos entre sus miembros, los Ángeles Sangrientos habían venido, no solo para detener el avance del Devorador o salvar a la gente de Cryptus. El gran Sacerdote Sanguinario Córbulo buscaba una cura para la Sed de Sangre, la maldición hereditaria que afligía a sus hermanos de batalla, maldiciéndoles y volviéndoles unos psicópatas sedientos de sangre en batalla y, finalmente, volviéndoles locos. Córbulo había seguido una sinuosa visión disforme hasta el sistema Satys. Entonces, descubrió el elixir satryx, una potente infusión rejuvenecedora exportada para todas las gentes del sistema Cryptus para protegerles de la destructiva radiación de sus soles rojos. Córbulo pensaba que en aquellos secretos del elixir se encontraba la cura para su Capítulo ya que Baal también languidecía bajo los hinchados soles rojos, con su gente maldita por el maldito toque de la mutación. Después de que Satys cayera ante los Tiránidos, el Hermano Córbulo se reincorporó a la flota de los Ángeles Sangrientos. Allí, volvió con todos los conocimientos adquiridos y sugirió un plan al comandante Dante.

El Señor del Capítulo vio el mérito de la búsqueda de Córbulo, confiando en la sabiduría del sacerdote en tales menesteres, así como su sabiduría en el legado genético del Capítulo. Tras horas de reunión y discusión, Dante y sus consejeros llamaron al Capitán Karlaen. El Capitán de la 1ª Compañía se unió a su señor bajo las arqueadas cúpulas abovedadas del Filo de Venganza, la nave insignia de Dante, mientras se dirigían a toda prisa hacia el sistema Cryptus. Bajo la parpadeante luz de los holoproyectores, el Señor del Capítulo informó al Capitán de que no solo tendría el honor de liderar la vanguardia de su asalto sino que además llevaría a cabo una misión muy especial.


¿Cuál será? ¡Habrá que esperar a que lleguen las traducciones del Escudo de Baal!

9 comentarios:

  1. Respuestas
    1. La verdad es que voy a hacer que mis marines sean ángeles sangrientos para utilizarlos que hace muchos meses que están abandonadillos. ¡El escudo de baal será su campaña cuando salga en español!

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  2. Sois muy grandes, espero este codex/suplemento con ansia ya que son dos de mis ejercitos del 40k , los hijos de Baal y las horsas de la mente enjambre jejjejejejejejjejej
    Gran trabajo señores sois la hostia

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    1. ¡Muy buenas jhoni! Lo unico malo es que a esta campaña aún le queda un poco lejos pero intentaremos compartir las misiones de Deathstorm (a ver si las podemos probar) que tienen muy buena pinta.

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  3. Respuestas
    1. Muy buenas Kevin. Lo malo es que para el trasfondo del Escudo de Baal aun te queda esperar un trechillo jejeje

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