Guardianes de la Muerte - El último sacrificio de Lord Korscht (Trasfondo)

"Hemos vuelto y vamos a liarla un buen rato en Profanus40k"

Muy buenas a todos nuestros lectores. Tras hablarlo con Jok, hemos llegado a buen término y se desarrollará una especie de mini-campaña de misiones temáticas para jugar estilo Kill Team con los Guardianes de la Muerte contra miembros de otras razas Xenos. Él va a guiarme y maquetarme el documento y hemos hecho la prueba con un texto creado a partir de una anotación del codex Eldar Oscuro. De ahí desarrollamos el resto de la idea y bueno, a mi parecer tiene buena pinta, aquí os dejo un poco del trasfondo, ya me decís qué os parece. Ni que decir tiene que yo no tengo mucha experiencia con este tipo de cosas, a ver que tal sale.

182.M38 - El Inquisidor del Ordo Xenos intuye una incursión de Eldar Oscuros sobre el mundo industrial de Demoisne. Cuando la Cábala de la Inmortalidad denegada irrumpe en el espacio real sobre la capital del planeta, se encuentra no sólo con la potencia de fuego de seiscientos cañones-quad y cañones láser Ícaro, sino también con la implacable furia de una compañía de Guardianes de la Muerte. Pocos minutos después de haber llegado, los Eldar Oscuros se ven obligados a retirarse con las manos vacías. Durante la reunión del alto mando Imperial tras la batalla se echa en falta la presencia de Korscht y al explorar la fortaleza subterránea del Inquisidor se descubren sus restos, esparcidos por todas las páginas de todos los tomos arcanos de su biblioteca.

LOS GUARDIANES CAPTURADOS

Lo que en ningún registro se relata es que junto a la muerte del Inquisidor se sumó la desaparición de cinco hermanos de batalla de los Guardianes de la Muerte. Serían anotados en los registros del Ordo Xenos como desaparecidos en combate y aunque se llevó a cabo una intensa búsqueda no quedó rastro alguno de ellos, tan solo su armamento.

No sería hasta treinta años después a finales del 282.M38 que volvería a saberse algo de estos valientes guerreros. De los cinco desaparecidos en un primer momento, sólo uno de ellos reapareció con vida y los relatos sufridos durante su cautiverio proporcionaron al Imperio una valiosísima información sobre los más tenebrosos incursores de la raza Eldar. Los detalles de cómo fueron capturados, su estancia en la temible ciudad de Commorragh y la milagrosa huida del último de ellos con vida con los cadáveres de dos de sus compañeros está almacenado en los la base de datos del Ordo Xenos y su acceso está restringido. Sobra mencionar que el Capítulo progenitor del guerrero superviviente jamás supo de la supervivencia de su guerrero.

LA ARENA SANGRIENTA

El regreso de la Cábala de la Inmortalidad denegada a Commorragh con las manos vacías disgustó a muchos y hubo muertes. La sangre corrió entre los viciosos Eldar de la Cábala y sus aliados que esperaban hacerse con un botín de almas para saciar su sed de sangre y alimentar su dolor con criaturas “inferiores”. A cambio sólo habían conseguido a aquellos cinco guerreros de la Humanidad: uno malherido y cuatro que ya habían sido despojados de sus armaduras y se hallaban bajo los atentos cuidados de los Atormentados de los Hemónculos de la Cábala. Matarlos no traería demasiado alivio a los Eldar Oscuros pero su especial resistencia y tenaciadad era muy apreciada por los señores de la ciudad Oscura. 

Varios Hemónculos pujaron por ellos pero solo lograron quedarse con el guerrero malherido, al menos temporalmente. El resto fueron adquiridos para los juegos en el circo para diversión de las depravadas masas que ocupaban aquel maldito lugar plagado de corrupción y podredumbre física y mental. Pasarían dos semanas hasta que los malnutridos y doloridos Marines Espaciales fueran lanzados a las pálidas arenas del circo para regocijo de aquellos xenos que les observaban. 

Primero el más fuerte de ellos, el valiente guerrero experto en combate cuerpo a cuerpo. Recobró la conciencia justo para agarrar una piedra cercana y con ella y sus manos desnudas logró derrotar a una veintena de humanoides harapientos sedientos de sangre de mirada desquiciada mientras la multitud aplaudía con ansia tras cada muerte y con cada cráneo aplastado. Tras aquello dos enormes bestias de cuatro patas fueron liberadas para darle muerte pero el guerrero logró enfrentarse a ellas y romperles el cuello, primero a una y después a otra. Combate tras combate, estos crecían en dificultad hasta que el guerrero, ya fuera exhausto o herido cayera de rodillas; entonces otro de sus camaradas era liberado en la arena para ayudarle y a medida que iban cediendo al embite de los enemigos era lanzado otro guerrero a la arena y después otro.

Después de aquellos espectáculos eran recapturados como animales con cadenas electrificadas y llevados a salas donde se les provocaba un inmenso dolor mientras se les reconstruía físicamente y se les golpeaba mentalmente. El tiempo se fue diluyendo hasta que su esperanza misma de escapar les fue arrebatada pero no todo estaba perdido. Eran los mejores guerreros de la Humanidad y haría falta mucho más para acabar con ellos. Atentos a los rituales que seguía aquella Cábala, descubrieron que acabarían muertos sobre la arena si llegaban al nivel superior de combates: enfrentarse a las brujas Eldar; sin embargo, había un atisbo de luz al final de aquel oscuro destino. Se les proporcionarían armas de combate, rudimentarias eso sí, pero armas al fin y al cabo. Los cuatro guerreros siguieron combatiendo sin miedo hasta aquel fatídico día. Cuanto tiempo hace que estaban allí, eso es algo que todos desconocían.

El día llegó y las armas les fueron concedidas. Todos se prepararon para llevar a cabo el plan de huída pero entonces ocurrió algo que no habían previsto: su hermano de batalla desaparecido volvió ante ellos… como un enemigo más.

El guerrero estaba mutado y convertido en una aberración enorme blindada que aullaba de dolor implorando a sus hermanos que le mataran mientras se lanzaba como una marioneta contra ellos intentando acuchillarlos. Cuando algún Guardián de la Muerte intentaba aproximarse este emitía una cacofonía psíquica que los aturdía momentáneamente. Unos guerreros con menos entrenamiento hubieran sucumbido rápidamente ya fuera aturdidos por el aullido o por la pena de ver a su compañero en aquel estado, pero ellos habían sido entrenados en la lucha contra los Eldar Oscuros. Eran los mejores Astartes para enfrentarse a aquel nivel de depravación. 

Dañando su generador psíquico, los cuatro guerreros se coordinaron para hacer fintas en parejas con sus armas contra el sistema de alimentación de la espalda de su atormentado hermano, provocando fugas y haciendo que se sobrecalentara. Lo atrajeron al gran portón de la victoria de las brujas y allí le dieron el golpe de gracia. Dañándolo seriamente, este explotó con una tremenda deflagración y provocando un aullido psíquico tan potente que todos los Eldar Oscuros a menos de cien metros sucumbieron a una locura psicótica momentánea debido a la dosis extrema. Tal acción requirió el sacrificio por parte de uno de los Guardianes de la Muerte, que murió en la deflagración.

La onda psíquica pudo sentirse a casi diez kilómetros a la redonda, eso atraería a todos los Eldar Oscuros como moscas a la miel. Los tres guerreros supervivientes escaparon en el caos reinante, lanzándose a las calles de la ciudad siniestra.