Muy buenas a todos, compañeros profanadores y amantes del Titanicus. Esta semana se le ha podido dar uso a este gran juego en una de las batallas narrativas descritas en el suplemento Titandeath, donde se lleva a cabo la batalla por el cúmulo Garmon. En este caso, se juega una de las batallas más duras de la campaña en cuanto a que la escenografía brilla por su ausencia (también por ser más fácil de llevar a cabo).
Comenzamos pues. Para el que desconozca el juego, tenemos una entrada de referencia rápida para, de un vistazo, ver cómo se desenvuelve. Se ha jugado con reglas avanzadas (sin opcionales).
Fuerzas involucradas
Las fuerzas traidoras constan de 2 manípulos de la Legio Fureans (Ojos de Tigre) y un Titán adicional, un Némesis clase Warbringer.
Las fuerzas leales, por su parte, están formadas por un manípulo de la Legio Solaria y otro de la Legio Atarus.
Debajo puede verse el detalle de las listas en imágenes.
Aquí pueden verse en grupos.
Legio Fureans
Legio Fureans
Legio Fureans
Legio Atarus
Legio Solaria
Comienza la batalla
En esta batalla, los traidores despliegan en segundo lugar y los leales no pueden beneficiarse de la regla de Atarus para robar la iniciativa. Hay mucha distancia que recorrer y las fuerzas leales son 1000 puntos menos en efectivos que sus contrapartidas traidoras. ¿Quién saldrá victorioso?
Turno 1
La oscura sombra de la Herejía de Horus se cierne sobre el cúmulo Garmon. Reforzadas sus convicciones por aparentes victorias, las fuerzas traidoras se abren paso por los mundos del sistema en su camino hacia Terra. Las murallas de Nyrcon dan la alarma, se acercan contingentes de titanes. Las trincheras exteriores se llenan de refuerzos con armamento pesado y las fuerzas leales se agrupan en pos de su defensa. Su enemigo, un contingente de la impredecible Legio Fureans.
Ambas fuerzas avanzan y la batalla comienza...
La batalla arranca con los titanes avanzando para que sus armas tengan a sus enemigos a tiro. Altair Fajar, Warlord seniores del manípulo regia fuerza su reactor par avanzar más pero su espíritu máquina se revuelve. Las fuerzas leales por su parte mueven de forma ordenada y se preparan para que los disparos enemigos rompan contra sus fuerzas.
El intercambio de disparos deja a muchos titanes con menos escudos pero sin bajas que lamentar. El poder del cañón belicosa del Atarus deja tocado al reaver con puño que lidera el avance de la hueste de Fureans y los disparos traidores dañan al primero de los Warhound de Solaria.
Turno 2
Las fuerzas leales arrebatan la iniciativa a las traidoras y aplicando sus estratagemas, una de las naves en órbita realiza un disparo certero con su lanza de energía...
Se dispersa una mera pulgada, quedando centrada sobre la peana del reaver tocado, sus devastadores efectos no se hacen esperar...
La detonación resultante deja un inmenso cráter y una oleada de radiación y muerte sobrecoge el lugar, alcanzando a gran parte del avance Fureans... El otro reaver resulta gravemente dañado por la detonación de su camarada.
Las fuerzas restantes avanzan sin piedad y sus gigantescas armas abren fuego mientras desde las trincheras se intenta mermar el avance traidor.
Altair Fajar, el Warlord de Fureans sufre de nuevo el despertar del espíritu máquina y permanece quieto mientras el resto intenta abrir brecha. Los disparos se suceden y las poderosas máquinas del Titanicus empiezan a sufrir daños críticos.
El Warhound de Solaria, a pesar de las fugas del reactor, mueve a toda velocidad para acosar a los traidores y, viendo lo que puede provocar un daño crítico en un titan cercano, piensa vender cara su vida... sin embargo no resulta destruido a pesar de los muchos daños.
Por su parte, los leales sufren daños irreversibles en el más agresivo de sus reavers, cuando este recibe una poderosa descarga de aniquiladores de plasma. Disparando hacia el infinito, el titan muerde el polvo.
La justa ira de los leales Atarus no se hace esperar, y su titán con Belicosa se cobra otra pieza gracias a su rasgo de veterano en la lucha contra Fureans...
Y así acaba el turno 2, con otros dos titanes muertos...
Turno 3
Arranca el tercer turno, los leales retoman la iniciativa y replantean su estrategia. Su primer Warhound lanza reparaciones de emergencia, es un zombi andante pero aún puede dar sorpresas inquietantes...
Por su parte, el bando traidor quiere abrir brecha por el flanco sur con su warhound, que hasta ahora ha aguantado todo tipo de fuego enemigo gracias a los escudos de su señor, Vyr Rakis, el titán Warlord de doble aniquilador. Pero su avance veloz se ve interrumpido por unas minas termales escondidas en el flanco leal...
El turno cierra con el desplome del Warhound del megabólter, asesinado por el titán Némesis...
Turno 4
Los leales sostienen con fuerza la iniciativa y arrancan con una pequeña victoria al acabar con el Warhound de Fureans con sus artilleros matatitanes parapetados en uno de los bastiones de las trincheras...
Comienzan los primeros rifirrafes entre Warlords y Cyra Jal aprovecha el hueco para destruir de un disparo de sus belicosas uno de los edificios de la ciudad, que se derrumba ante el fuego nuclear.
Turno 5
Con ya pocas opciones y daños por doquier, ambas fuerzas se adentran en un incierto turno 5. Los traidores arrebatan la iniciativa y comienza la bronca. Vyr Rakis avanza y colisiona con el Reaver de Atarus que no puede hacer frente a tamaña mole de destrucción y se desploma.
Furiosos por las acciones de los innobles traidores, los guerreros de los titanes Warlord leales no piensan dejar que esta afrenta quede sin castigo. El titán de Solaria se abre paso y ataca con sus ataques aplastantes y garra Arioch a Vyr Rakis.
En la zona más al norte, Cyra Jal abre fuego contra el Warhound leal restante y con sus Belicosa logra dañarlo gravemente, algo que termina de cerrar el Némesis con sus cañones, provocando una impresionante detonación del titán explorador...
Turno 6
Con ya solo dos Warlord para defender Nyrcon, las fuerzas leales están desesperadas, pero ven la luz en el horizonte ya que han aguantado el embate traidor. Tras aplicar reparaciones y lanzar sus órdagos, el turno seis, comienza.
Cyra Jal emplea su orden de Disparar primero para acabar con el Warlord de Atarus, que detona en una espectacular bola de fuego blanco.
Siendo ahora solo uno, el Warlord restante espera poder resistir el embate y acabar con Vyr Rakis, pero la suerte se tuerce y una fuga del reactor provoca que el propio Vyr Rakis caiga presa de sus heridas y se desploma sobre el Warlord de Solaria...
Se suceden los disparos pero ningún titán más es destruido. Se intenta jugar un turno más, sin éxito, por lo que la batalla finaliza.
Marcador
Solaria y Atarus: 16
Fureans: 2
La ciudad ha aguantado un día más
Conclusiones
Fureans: "Para esta misión elegí potencia de fuego vs movilidad y creo que ha sido el mayor error, ya que debía alcanzar algo en 6 turno a 36 pulgadas, moviendo 4 por turno de media. Forzar el reactor tanto me ha salido por la culata, debido a que me ha paralizado titanes."
Solaria y Atarus: "Para defender, un Warlord es una auténtica fortaleza andante. Creo que la combinación armas de largo alcance como misiles y belicosa y un puño para amedrentar a los que llegan han dado frutos. Las colisiones, eso sí, son muy destructivas si hay Warlord implicados."
- La oleada ofensiva de Fureans no da un resultado tan bueno.
- La lanza orbital y minas termales son muy interesantes.
- Despertar al espíritu máquina es raro que pase en titanes gordos.
- El movimiento adicional Atarus es interesante, su regla de veterano es muy circunstancial, pero en esta batalla ha valido la pena.
- El Némesis es muy duro.
- El cañón Terremoto es interesante como alternativa al belicosa contra titanes menores a un Warlord.
- El megabólter es increíble para tirar escudos, pero su corto alcance hace que debas arriesgar demasiado.
- Un titán sin escudos con daños críticos es una bomba a punto de explotar.
- Los terminales hacen que casi parezca un RPJ (sin evolución) pero en batallas de esta escala... es que necesitas OTRA MESA para terminales...
- Esta batalla es muy jodida de ganar para traidores.
Nos vemos en futuros informes.
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