Herejía de Horus 08: Batalla por el abismo - Reseña (review)

Muy buenas a todos, lectores y seguidores de Profanus40k. Tras un viajecito por la disformidad que ha traido a Warhammer Profanus el codex de los custodes, volvemos a las reseñas de las novelas de la Herejía de Horus, esta vez avanzamos el reloj espacio-temporal hasta el comienzo del conflicto de los Portadores de la Palabra contra los Ultramarines, sus inicios se remontan a antes de que se golpeara Calth, os presentamos la reseña de la novela: La batalla por el abismo.

Contexto

Horus se ha marcado un yisus craist profano en la luna de Davin y ha provocado miles de muertes en Istvaan III e Istvaan V. Su herejía ha comenzado, pero muchos en la galaxia lo desconocen, como les pasa a los personajes de esta novela... Ultramarines, Devoradores de Mundos dispersos por ahí y Lobos Espaciales.

La trama

-- Cuidado, SPOILER --

La historia comienza presentándonos a un fornido, sudoroso y formidable Ultramarine a bordo de una nave de su legión, el Puño de Macragge. Este acaba sus entrenamientos, descritos con todo lujo de detalles y reflexionando brevemente sobre lo guay que es cuando de repente su nave se topa con algo... ¿Es una nave? ¿Un estrella de la muerte? ¿Moby dick?

Cuando se quiere dar cuenta esta meganave abre fuego y catapum-chimpum la nave de los Ultramarines...

Todo es siniestro y tenebroso... ¿Qué puñetas ha pasado aquí? A modo de flashback vemos al líder del Mechanicus que va hasta una luna apartada en el sistema solar donde se está gestando la nave más grande del imperio, el Abismo Furioso, una nave secreta, con tecnología secreta, pagada con fondos secretos y con un propósito oscuro. Todo suena malo y chungo a su alrededor. Esta es entregada a los Portadores de la Palabra que ponen rumbo a su siniestro destino en este macabro futuro con lúgubres intenciones. El Fabricador General proclama su traición al lector cuando destruye la luna para que nadie sepa nada de dicha nave.

Ahora volvemos al presente, sabemos que esa nave es mala y lleva a malos dentro. Lysimachus Cestus, capitán Ultramarine, junto a sus amigos y otras gentes, espera en una estación espacial a que llegue la nave Puño de Macragge pero recibe una señal astropática de que algo malo pasa. La cosa se lía y al final una flotilla de naves "requisadas" que llevan a dos puñados de Ultramarines, uno de Devoradores de Mundos, una pizca de Lobos Espaciales y a un miembro de los Mil Hijos se lanza a buscar pruebas de lo que ha pasado. Siguiendo las huellas ven la nave de los Portadores de la Palabra. Se enzarzan a tiros con la nave mientras que el jefe de los Portadores, llamado Zadkiel, se ríe de ellos. Al final medio masacran a la flotilla y se meten en la disformidad.

El Ultramarine congrega a todos los protas supervivientes en su nave, el Iracundo, y se lanza a perseguirles por la disformidad. Como el Portador de la Palabra se ha pasado de listo, su nave tiene daños serios que deben reparar así que va a una estación en mitad del camino donde los Ultras quieren tenderle una trampa. Destaca en esta parte como los imperiales fallan sus tiradas de animosidad: todos se odian o recelan unos de otros, o se sienten insultados o deshonrados... buf, cansa bastante, son muy petardos y susceptibles, ¿dónde están los tiros para que os calléis ya?

La nave que acompaña a la del Ultra, la Espada Llameante, sufre un problema y la Disformidad invade la nave y esta se lanza a por la Iracundo en un abordaje en el empíreo. Hay muerte y destrucción pero los buenos sobrevivien aunque el autor de la novela es muy reiterante en mostrarte que los Lobos Espaciales desconfían de los Mil Hijos, mucho y muy fuerte. Tras eso llegan al sistema donde ha atracado y se infiltran en la base y lanzan un ataque, matan a muchos Portadores pero también pierden a dos o tres amigos por, claro, todos son Marines Espaciales pero hay marines y marines, ya sabéis. Los Portadores abandonan a sus guerreros de tierra y se van a todo trapo, aunque 4 guerreros de los buenos acceden dentro, todos mueren pero un capitán Devorador de Mundos, Skraal, logra perderse por la nave sin que le pillen y ve cosas obscenas, grotescas y demenciales (vamos, cosas religiosas).

Sin embargo, los buenos "interrogan" a un prisionero y logran saber de los planes de los Portadores de la Palabra, que le cuentan todos los detalles de todos sus planes a todo el mundo, claro, así es como luego fallan todos los planes. Los buenos les persiguen. Kor Phaeron, que está viendo esto plan espectador decide ayudar a sus colegas, que tienen la nave más poderosa de todo el Imperio, provocando una tormenta de disformidad, aunque los buenos aguantan. Buf, ¡¡¡los planes saliendo mal se están acumulando!!!

En un desesperado intento final, la Iracundo se medio-sacrifica para que los buenos logren asaltar la Abismo furioso, lo logran y se lía la mejor batalla espacial que he leído hasta la fecha en una novela de Warhammer 40k. Hay de todo: muertos por accidente, muertes épicas, batallas demeciales, desesperadas... hasta un ataque psíquico que vuelve locos a todos y hace que Cestus sea Dante atravesando los círculos del infierno y el Lobo Espacial flipe con cosas de lobos. Tras tantos momentos épicos llega el momento del sacrificio que no desvelaré y los planes de los Portadores de la Palabra se van al garete. Oh... poderosos héroes, vuestra memoria no será olvidada.

Opinión

La herejía está desatada y los autores aquí estaban eufóricos aunque no trabajaran muy a fondo a los personajes. La novela en sí es entretenida, si te gustan las batallas de naves donde los malos por muy guays que sean poco suelen hacer, los buenos son muy buenos aunque se peleen, odien e increpen constantemente. No soy fan de salvame o del gran hermano, pero viendo como actuaban en la Iracundo, me venía todo el rato a la cabeza: broncas, peleas, luchas por el tenedor, llantos, Marines Espaciales nominados para abandonar la casa... hay de todo el marujeo que puedas querer, pero les ofende a ellos y a ti.

Me gusta el que se profundice en mi legión del caos favorita, los Portadores de la Palabra, pero siempre me choca que todos sus planes salgan mal por tonterías más que por el buen saber hacer de los protagonistas. Además de luchar hechos una piña pero también pelearse de puertas para dentro. En serio,esta novela parece ambientada en una urbanización de vecinos problemáticos: padre (el Guardia del Lobo) problemático y alcohólico, el prota, su hijo, pragmático pero que se deja llevar demasiado por sus emociones, su amigo el centrado que muere de forma heroica, los malos siendo muy malos y la madre (la vicealmirante), amargada y porculera...

Aparte de lo ya dicho, poco más, la trama es un poco sosa y se puede resumir en una frase: "batalla por el abismo furioso". Sí, es casi el título, pero es que es casi lo único que hay. Lo demás es paja, paja que a veces mola, como el asalto entre naves en la disformidad, y otra que no, como sus discusiones de niños pequeños. No es de las novelas que más me hayan gustado, la verdad, aunque la última cuarta parte del libro es bastante potable.

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