"El humor sí que está muerto en Stygxx" |
Buenas de nuevo, compañeros internautas y seguidores de Profanus40k. Continuando lo relatado en la anterior reseña de los audiodramas de la Era de Sigmar hoy vengo a relataros la 4ª parte del mismo, fin de la primera mitad de la historia, donde los Eternos de la Tormenta al fin dan con Nagash, el Gran Nigromante. Veamos el audiodrama: el Puente de las siete penas.
Me he saltado a la torera el segundo y el tercero pues, aunque intensos y curiosos, no son cruciales para la trama principal de Tarsus y sus guerreros sigmarines, acompañados de Mannfred, que buscan a Nagash para que sea amiguito de Sigmar de nuevo.
Si estás interesado en leer otras partes, aquí tienes:
Primera parte - Golpeando a Khorne
Tercera parte - Golpeando a Ogros
Cuarta parte - Golpeando Chamanes
Quinta parte - Golpeando a Orcos
El contexto
Estamos en la Era de Sigmar en el universo de lo que antaño era Warhammer Fantasía: estilo medievo con magia, dioses y demonios. El Caos ha ganado, casi todo está destruido (aunque en el fondo da lo mismo porque ya todo eso no importan un pito) y lo poco que queda de las fuerzas del orden del mundo de Warhammer están en el plano de Sigmar, donde el Caos, por conveniencia del guión, no puede entrar. De entre ellos Sigmar "forja" a los Sigmarines Eternos de la Tormenta, guerreros gigantescos, superfuertes, semi-inmortales y equipados con lo mejor que el Imperio de la Humanidad Sigmar es capaz de proveerles de sus forjas.
Estos guerreros son los que se han lanzado de nuevo a los planos de Dragones y Mazmorras universo de Warhammer para enfrentarse al Caos y a su poderoso líder, Archaón. Pero no pueden ganar solos; necesitan al resto de facciones de los planos para unirse al él para derrotar a las fuerzas de los Dioses Oscuros, ya que aunque el Caos lo controla todo es una vil y sucia patraña, ya que quedan fuerzas de muchas otras facciones (y más que se irán inventando) que pueden hacer frente al absoluto (aunque no parece que sea tanto) dominio del Caos. En este contexto se desarrolla nuestra historia.
Hasta aquí, es calcado de la anterior reseña solo que ahora comentaré qué ha pasado a grandes rasgos desde el relato Prisionero del Sol Negro. Tarsus y sus coleguitas, junto al capellán Ramus y al vampiro Mannfred recorren el plano de la muerte, al más puro estilo Dragones y Mazmorras. En la primera historia nuestros héroes debían enfrentarse a las huestes de Khorne. En la segunda ayudan a unos humanos adoradores de vampiros a resistir una segunda oleada de Khorne en un desierto de sangre seca que parece arena. En la tercera entran en el cubil de unos siervos de Nurgle para arrebatarles un talismán que Mannfred necesita para llegar a Stygxx, el inframundo donde Nagash se recupera de la colleja de Archaon. Tras todas estas aventuras, Tarsus descubre que cuando era humano, antes de ser convertido en Marine Espacial, había vivido aquí, en este plano, y luchado y muerto contra el Caos en nombre de Sigmar.
Sigmar, majo y atento a todas las llamadas que le hacen a grito pelao, coge su alma y lo "reforja" en un Eterno de la Tormenta, un poderoso guerrero de Sigmar similar a un Adeptus Astartes, que hace despliegues rápidos al más puro estilo de Ángeles de la Muerte y a los que solos les falta el bólter. A esto que en los audios de Nagash (que hace una intro en cada uno) se le ve rebotado porque él es Hades, el dios de los Muertos y Zeus, digo, Sigmar le arrebata las almas de los muertos para hacer Sigmarines. Es más, el capellán Ramus lleva un estandarte que le ayuda a que las almas de sus guerreros vuelvan a Azyr en vez de quedar en Stygxx. Ya lo sabéis, los Sigmarines son no muertos y cada vez que mueren un haz de luz se difumina hacia lo alto. Igualito igualito que un marine rúbrica de los Mil Hijos.
La trama
Todo comienza con otra gran intro de Nagash, en este caso mu rebotao porque Sigmar le ha hackeado su ordenador y ha aprendido a resucitar a los muertos y embutirles en armaduras color oro (ey, que a pesar de ser solo almas con cuerpos cachas de relleno, entrenan). Que nada, que Nagash es el mejor y que todos se van a enterar cuando se ponga a repartir.
Tras la intro, el audio comienza con Tarsus y sus muchacho haciendo lo mejor que saben hacer: dale la del pulpo a los siervos del Dios de la Sangre. Y venga zurra que te zurra, paliza tras paliza y los de Khorne cascando por doquier. En esta ocasión el terreno de batalla está plagado de cráneos. Van masacrando de forma inmisericorde a los pobres siervos del Señor de los Cráneos mientras recitan su dogma: "¿Quién seguirá luchando cuando todo esté perdido? ¿Quién se enfrentará a la propia muerte? Solo los creyentes [en Sigmar]". Pues nada, derrotan y dispersan a los últimos reductos hasta que una horda etérea finiquita a los que quedan, por obra de Mannfred.
Parece ser que al final encuentran la entrada de Stygxx, donde miles de tumularios inmóviles guardan las puertas. Es como que van a llegar a la puerta pero... los tumularios despiertan y se lían a matar a Eternos de la Tormenta. Mannfred lo intenta pero... no puede controlarles... buf, les rodean... les están masacrando por decimo-octava vez en este relato. Apenas unos pocos van a llegar... y nada, que los personajes y una pequeña hueste de guerreros logra pasar por el portal y acceden a Stygxx, donde esos tumularios no pueden pasar (ya que son guerreros que lo intentaron pero fracasaron, por lo que engrosan las filas de los guardianes de Nagash).
Avanzando por dentro del inframundo se dirigen al Puente de las siete penas (que se llama así porque hay 7 estatuas, cada una de una mujer, una gobernante que dio su vida para salvar a su gente). Allí se encuentran con Arkhan en Negro, fiel siervo de Nagash y, tras un cruce de acusaciones muy intenso entre él y Mannfred, este libera a los no muertos y a las siete penas contra los Eternos de la Tormenta mientras les indica con el dedo que hay un un cartel que dice: "Testigos de Sigmar, no bienvenidos".
Así pues, las espectros aullantes les gritan de todo: que si la ciencia es la verdadera fe, que si la magia tiene truco, que si los libros se tradujeran del todo sin el horrible spanglish se comprarían más, que si el metajuego y demás... entonces los Eternos de la Tormenta intentan hacerles frente. Mannfred les apoya en la lucha y se lanza contra Arkhan. A esto que el capellán sigue "llamando a los relámpagos" bajo tierra, golpeando a sus enemigos. Entonces Mannfred decapita a Arkhan y tira su cuerpo a tomar vientos.
Parece que todo ha salido bien, ya no hay nadie en la portería, así que podrán acceder al "resort" de Nagash. De esto que Mannfred se cachondea del muerto pero, por el fondo aparece otro Arkhan el Negro... que invoca a su señor... mientras Mannfred dice que hay que huir. Pero nada, suena una voz, una voz que es dolorosa para la propia realidad, la voz de Nagash. "¡Nagash se acerca!" grita Mannfred a lo que la voz responde "No, Nagash ya está aquí". Una niebla amatista se fusiona con Arkhan y lo transmuta hasta formar a Nagash.
Nagash le echa la bronca a Mannfred mientras este implora perdón y le dice que le ha traído un obsequio de Sigmar, los sig-pitufos Eternos. Nagash, que no se chupa el dedo (principalmente porque no podría ni aunque quisiera, ya que no tiene labios ni lengua), dice que "tururú". Entonces Tarsus levanta la mano pa intervenir, pero Nagash le replica que respete a los mayores y, con un chasquido de dedos, manda a Tarsus a tomar viento contra un muro. Ante tal ofensa, el capellán reacciona y ordena empezar a repartir. Sin embargo, Nagash los va matando con un mero gesto, cepillándose a la tropa con su mera mirada y atrapando sus almas. ¿Volver con Sigmar? No, no, no, aquí hay aranceles.
Pues nada, que se lía la de dios ahí y Tarsus, malherido y fastidiao le dice a Mannfred, que esta acojonaito perdido, que se largue si quiere, y es lo que hace. Entonces Tarsus coge fuerzas, se lanza a por el distraído Nagash que está machacando a Ramus y, al hacerlo provoca que este pierda el control y las almas de sus coleguitas vuelven a Azyr. Nagash grita frustrado, se gira y mira a Tarsus (aunque no sé cómo, no tiene ojos) mientras prepara su poder. Tarsus se lanza a por él, estamos a punto de ver un choque cataclísmico.
Entonces Nagash lanza su hechizo y... a chuparla forever, Tarsus.
Y... chaaaaan, chaaaaaaan... chaaaan nananaaaaaaaaa. Fin de la cuarta parte y de la sección de Nagash.
Bueno, y el audio cierra con otro impresionante discurso de Nagash diciendo que va a sacarle el juguillo al alma de Tarsus a quien, por cierto, no volveremos a ver en todo el audiodrama.
Opinión
Pues aquí llegamos, a otro apartado de opinión sobre este audiodrama. La verdad que como ya mencioné, es un genial audiodrama que concluye una historia decente para ser lo que es (el universo de GW). Pese a estar basado en la Era de Sigmar me parece de los mejores audiodramas que he escuchado: gran banda sonora, geniales interpretación en las voces, buenos efectos. Solo le chirría el precio y el que esté en inglés (que ya podían haber dado las 4 primeras partes en uno solo sin que cueste 90 napos o así).
Bueno, espero que disfrutéis la reseña.
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gracias por la reseñita marauder, que risas con el age of sigmar XD
ResponderEliminarDe nada anónimo, la idea es reírse, siempre :3
EliminarPues con la broma al final tengo ganas de saber como acaba la historia y si El Emperador, digo Sigmar hace pachas con el viejo Nagash Je, je.
ResponderEliminarJajajaja, pues atento que hoy llega otra reseñita guapa!
EliminarGracias por la reseña!
ResponderEliminarMe sirve mucho este tipo de reseñas de AoS para más o menos seguir la trama
La verdad que el trasfondo de la Era de Sigmar nos parece, al menos a los que venimos de la versión del Viejo Mundo, ajena y difusa. Pero al ser tan rara pueden montarse las historiacas y minihistorias que les den la gana, y evitan tener que currarse libros de historia de las facciones.
EliminarGenial reseña me he petado de risa. Que buena!
ResponderEliminarMás así que me quitas la frustración de haber destruido el mundo warhammero de fantasy.
Hombre claro, que sea una reseña no implica que no esté cocinada a "nuestro estilo" :P
EliminarCuando algo muere lo más difícil es siempre dejarlo marchar. Pero es que, coño, el viejo mundo molaba!
Para la Era de Sigmar podrían reinventarlo como algo ajeno al tiempo y el espacio, total, van de un plano a otro tol rato
De hecho Marauder, sobre Azyrheim (o era debajo?) descansa "El mundo que fue" que es el viejo mundo de Fantasy tal y como lo recuerda sigmar o tal y como queda tras el fin de los tiempos o alguna de esas cosas.
EliminarNo se ha entrado en mucho detalle de esa zona, pero me gusta pensar que es un mundo aislado donde todo sigue avanzando tras el fin de los tiempos (plan el caos a ganado pero ellos perciben que no). Nada puede salir de alli, pero dentro hay Caos, Elfos Oscuros, Humanos etc.
Lo que si que esta claro son dos cosas: que es el viejo mundo y que esta creciendo o reconstruyendo segun Realmgate Wars: Allgates
Tengo toooodos los libros de los portales esos entre reinos y aún no me ha dado tiempo de leerlos la verdad (y mira que los tengo desde antes del verano pasado, juas!) A ver si saco un rato, los leo y os comento.
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