¡Buenos días a tod@s! Hoy llega la última reseña de la semana, una acerca del audiodrama Children of Sicarus (Hijos de Sicarus). Hablar de los Hijos de Sicarus es hablar de Kor Phaeron, Cardenal Oscuro de los Portadores de la Palabra y mentor de Lorgar Aureliano, su Primarca. Fiel seguidor de la fe en el Caos, acaba en Sicarus luchando con demonios por su control ya que estos pretenden acabar con ellos. ¿Lo lograrán?
Atentos al contexto
Todo esto es posterior a lo sucedido en Calth o, como diriá Kurtha Sedd: "¿Por qué Lorgar, por quéeeee?". Tras una amarga lucha en la que los Portadores de la Palabra emplean el elemento sorpresa para asestar un duro golpe a los Ultramarines, la acaban cagando (sí, muy mal tíos, estaba a huevo) y, ni matan a Guilliman, ni a ningún personaje importante. Como sabemos que GW siente especial amor por sus Ultras, estos se lanzan vengativos y rencorosos contra los pobres Portadores de la Palabra. Era por temas de fe leñe, hay que entenderlos, ¿que son unos pocos millones de muertos por la fe de unos pocos? Nada, que de eso los Ultramarines nada. Sucios ateos embutidos en armaduras azul brillante.
Bueno, que tras esta pequeña "diferencia de opiniones" a bombazos, los Portadores de la Palabra creen que es mejor efectuar una retirada estratégica en pos de un contraataque (que no, que huyen como perras). En esto que la nave Honor de Macragge se lía a perseguir a Kor Phaeron y sus fieles, que se hallan en el Infidus Imperator, la nave chunga de ellos. Como buenos religiosos ellos reza que te reza pero los cañonazos usan las leyes de la física y la ciencia, por lo que la nave acaba siendo destruida. Antes de esto, Kor Phaeron, mu listo él, usa su cuchillito molón raja-realidades y se retira tácticamente con sus guerreros al Ojo del Terror, al mundo en libertad de Sicarus, donde sus enemigos jamás les encontrarán, ya que no tiene código postal ni conexión a internet.
Pues bien, esta historia empezaría en ese punto, justo cuando están disfrutando de las paradisíacas vistas de Sicarus en sus hamacas rodeados de capillas donde se ofician misas corruptoras. O eso pensaban ellos...
La trama
Tras una buena curita de humildad y muchas collejas, parece ser que la historia empieza contándote la batalla que llevan a cabo los guerreros de los Portadores de la Palabra junto a su Cardenal Oscuro para sobrevivir sobre el paradisíaco y letal Sicarus. Tras una buena zurra propia de las mejores batallas de Astérix y Obélix contra los romanos (y lo digo en el buen sentido, yo disfrutaba con aquello de pequeño... y ahora también), Kor Phaeron va a realizar un ritual para que sus dioses le ofrezcan poder - es lo que tiene no tener móvil en esta época oscura y macabra, las llamadas son tan caras que requieren "sacrificios" - pero en su lugar se le aparece la cara de tres ojos de Larazar y entre ella y Phaeron se sucede una discusión de "a ver quien la tiene más grande" (la razón, me refiero) y nada, que no hay acuerdo, y se les avisa que se les buscará y asesinará como siempre se ha hecho. ¿Piensas distinto?, pues a cuchillo contigo.
Pues siguiendo con sus asuntos por falta de cobertura y tras amenazas varias, Kor Phaeron y sus colegas se ponen de camino a ningún sitio de aquel erial (o paraíso, depende de lo desesperado que estés) y se encuentran con una tribu que les acoge y oculta de Larazar y sus tropas, además de ofrecerles una profecía. Esta parte es interesante, ya que se hacen llamar los Hijos de Sicarus, y creen que los Portadores de la Palabra les salvarán. Tras unas risas internas, Kor Phaeron dice que sí mientras cruza los dedos a sus espaldas, después pone sonrisa malvada y coge un pelo del viejo, lo pone en un muñeco de felpa y cuando este pregunta que por qué el muñeco tiene agujas... Phaeron solo responde: "Por nada, por nada, chorradas mías".
Y claro, el viejo les dice que la Larazar esa está enfadada y quiere matarles, ya que él ha predicho algo acerca de ellos que no es bueno para su esperanza de vida y, obviamente, desea impedirlo. Kor Phaeron, que asiente a todo con la cabeza mientras por dentro solo piensa en a ver cuando puede pasar el cepillo y ponerse a rezar, queda impresionado cuando ve los dibujitos de una pared que relatan todo lo que han pasado hasta llegar a aquel momento.
La gracia de la profecía es que muestra a Kor Phaeron matandose a sí mismo, y claro, como buen y sacrificado seguidor de la fe, pues va a ser que no. Pero no porque sea cobarde, sino porque su valor a la hora de vivir se lo impide, así como la cantidad de cosas que le faltan por hacer... buf, que de cosas. Lo primero, pasar por la tienda a comprar leche y huevos, y después echarse una siesta, que ya está calvo de tantas horas desvelao y con tanto Caos y juergas profanadoras no hay quien pegue ojo. Así que se enfada porque la profecía no es lo que él quiere oir pues solo él puede escuchar a los dioses y filtrar lo que digan según conviene... es lo bueno de ser un cardenal...
Seguidamente se le cae el cuchillo sobre el pecho del profeta y lo mata sin querer. A decir verdad, es porque se lo dicen los dioses o cosas así, qué sé yo, lo importante es que otros sean los que se responsabilicen. Entonces dejan que Larazar llegue y mate a los Hijos de Sicarus, y tras unos segundos de matanza ininterrumpida, ella y Phaeron se encuentran: una enviada de Tzeentch y un seguidor de la Palabra. Eso sí, ella es rara de narices, pero bueno, es lo que tiene la gente de Tzeentch, que lleva ropa del desigual.
Le dice que es la caña ya que por ser egoísta ha cambiado infinitos destinos. Cómo mola Kor Phaeron, que mientras mata piensa: "te cargas a un meapilas y te premian, esta religión del Caos mola, voy a tatuarme algo y hacerme un piercing en mi armamento". Así que nada, pa cortar el buen-rollismo, les dice que Colchis arde, que se acabó eso de volver allí. Tras lo de que no hay retorno, que no puede volver, les propone que si le ayuda (a Larazar) a alcanzar la demonicidad, esta les dejará vivir en Sicarus como sus esclavos (o sirvientes, no entendí bien eso).
Entonces Kor Phaeron hace como que acepta, se acerca para estrechar la mano con Larazar mientras esta lanza un poder que va matando a los sirvientes mortales de Phaeron por todos lados y claro... ¿qué es un pastor sin ovejitas? Pensando en el invierno y en la "lana" que iba a necesitar, Kor Phaeron, al más puro estilo yonki de los 80, se lía a puñaladas con Larazar con la navaja guay que le dio Lorgar (la raja-realidades). Así que nada, tras eso pasa el tiempo y sale una escena para la que tengo la imagen perfecta...
Opinión
Curiosamente y pese a la trama relatada, es un audiodrama muy bueno. Las voces están muy logradas así como los efectos. Es un poco corto para lo que puede quererse de él pero cumple lo prometido. Además son unos 40 minutos por 5 libras, por lo que si eres fan de las cosas caóticas y de los Portadores de la Palabra quizás te merezca la pena.
El libro transmite un mensaje curioso, o al menos yo lo percibo así, quizás por eso me gustan tanto los Portadores de la Palabra. Como un gran sabio dijo una vez: "Cuidado con las religiones, es unos de los peores inventos de la Humanidad".
¡Que la cuesta de enero no se os haga mu dura!
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A los Ultramarines es que no se les puede decir na, se ponen vengadores enseguida.
ResponderEliminary se vengan en seguida no como otros que tienen que esperar casi 10000 años xD
EliminarEs que tienen su propio mini imperio en el imperio. Asi todos nos vengamos xD
EliminarGran reseña!!
ResponderEliminarLas hay mas grandes :P
EliminarLos Portadores son una Legion con poco protagonismo para Gw, y eso que son los que montaron todo lo de la Herejia de Horus, en cuarta edicion sus reglas no eran nada del otro mundo, y se supone que son una de las Legiones mas numerosas, unidas y muy favorecidas por el Caos en general. Que decir de los Ultras? pues que como son los buenos de la peli nadie les tosera nunca.
ResponderEliminarPues a mí me encantan los Portadores de la Palabra, son mi ejército más longevo y numeroso :3
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