Herejía de Horus - Historia de Kurtha Sedd en el juego La traición en Calth

"¡Vengo de hace 10.000 años para zurrarte de verdad!"

Muy buenas a todos los lectores profanos. Hoy por fin me he hecho con la caja de Herejía de Horus: Traición en Calth, y no he podido dejar pasar la ocasión de hablar de Kurtha Sedd, el Capellán de la Legión de los Portadores (legión que colecciono) y que viene incluido en la caja. Cuando pueda pintarlo ya lo subiré, de momento, veamos su trasfondo.

Nota: Textos "re-traducidos", si leéis el texto de la imagen al final de la entrada veréis por qué.

Kurtha Sedd, un Capellán veterano de la XVII Legión, luchó en la vanguardia de la Gran Cruzada. Poseedor de un ímpetu sin límites, canalizaba su fe hacia actos de heroísmo desinteresado. Todas sus acciones eran llevadas a cabo con celeridad, lo que le valió su ascenso en la jerarquía de poder, pues el mismísimo Lorgar había dicho al Capellán que el Emperador le estaba observando, y él había tomado las Palabras de su Primarca al pie de la letra.

Cuando combatió junto a los Ultramarines contra la amenaza Orka, Kurtha Sedd impresionó al capitán de la 19ª Compañía de los Ultramarines, Steloc Aethon, por su compromiso intachable con la causa. Los dos hombres eran similares en muchos aspectos, ya que Sedd era un guerrero poseedor una convicción apasionada, casi obsesivo, en expandir la Gran Cruzada.

Tras Monarchia, la humillación sufrida por el amado Primarca de Kurtha Sedd fue la gota que colmó el vaso. Poco después de que se produjera la censura del emperador sobre Lorgar, la desesperación y la rabia del Capellán hicieron que este convirtiera una sala de oración en un matadero cubierto de cadáveres. Cuando volvió en sí, Kurtha Sedd sintió el pánico en sus huesos. El Emperador, que todo lo veía, seguramente había presenciado el acto desde los cielos, se había deshonrado por completo a sí mismo ante el dios con la más horrenda de las acciones. El castigo no tardaría en llegar.

Aunque tal castigo jamás llegó. El "incidente" fue mantenido en secreto por los camaradas oficiales de Kurtha Seed, quedando ahogado por el estruendo de la guerra. La creencia arraigada en él de que el Emperador era divino y omnisciente se había hecho añicos de una forma irrevocable. A las pocas semanas el Capellán ya se hallaba trabajando para promover la caída del Falso Emperador. La idea de que Lorgar le había engañado había provocado que fuera alguien impredecible y por este motivo fue elegido por Kor Phaeron para liderar el asalto terrestre en Calth. Al enterarse de que se desplegaría junto al capitán Aethon, Kurtha Sedd sintió una leve punzada de remordimiento. Sin embargo, tal sentimiento no era nada comparado con el inmenso odio que ardía en su alma.