Ira de los Ancestrales - Interrogatorio (Relato)

La campaña: Ira de los Ancestrales avanza, hoy os traigo un pequeño avance del relato que se incluirá entre sus páginas. Este trata sobre el interrogatorio al que se ve sometida la superviviente de Akherón por parte de un inquisidor del Ordo Malleus.

- Así que todo comenzó con una nave...- prosiguió el Inquisidor, su armadura rechinaba mientras se inclinaba hacia delante, hizo una pausa que pareció una eternidad. El servo-escriba del fondo había dejado de escribir, aguardando entre las sombras. El Inquisidor inspiró profundamente a través de su sistema de respiración asistido, parecía mucho más viejo de lo que en verdad debía de ser. Torció la cabeza, se recostó hacia atrás observándome pesadamente. - ¿Está segura Hermana Katherina?

La salvaguarda que bloqueaba mis músculos liberó los de mi boca. Tuve que tomarme mi tiempo para poder responder, estos aparatos te entumecían el cuerpo y después era difícil reaccionar con agilidad, pero mi cuerpo mejorado lo soportó. – Una única nave, un acorazado de batalla clase Retribución identificado como el Desafío de Terra. Apareció en nuestros radares un par de horas antes de pod-

La salvaguarda se reactivó, mi boca quedó paralizada y mis palabras se apagaron en mi garganta. Mi cuerpo volvía a estar inerte sujeto por cadenas a la pared. Sin mi servoarmadura, desprovista de cualquier prenda salvo un ligero sudario me mantenían en aquel frío cuchitril. El Ordo Malleus era inflexible pero para nada tan cruel como podía llegar a ser el Hereticus, todos estos métodos no me sorprendían.

- Según las anotaciones recibidas, el acorazado que menciona Hermana…- su voz dejaba entrever un tono de completa desconfianza, me miraba como si fuese una sierva de los Dioses Oscuros, como si estuviera corrompida, como si fuera un asqueroso mutante. -…vendría procedente del conflicto sobre Medusa V. Me parece… increíble que una nave imperial pudiera llegar tan rápido a Akherón y más con semejante tripulación ¿Por qué no se le solicitaron los permisos de paso al acercarse al sistema, Hermana Katherina?

Su tono al repetir mi nombre siempre era el mismo, era como una especie de ritual para someterme, un ritual inútil. La salvaguarda de mi mandíbula se liberó de nuevo. Me tomé unos segundos para respirar pausadamente, el maldito mecanismo hacía que el mero hecho de respirar fuera un esfuerzo increíble, me tomé la precaución de recomponerme un poco. Miré al escriba con indiferencia ya que este anotaba hasta cada suspiro que dábamos, centré mi mirada en la gran i del Inquisidor y continué.

- La canonesa era la encargada de tal labor, jamás supe por qué no se llevó a cabo. Quizás ya supieran que debíamos prepararnos para un ataque pero quedó desconcertada al ver que era un acorazado imperial lo que se aproximaba.- respondí con energía, esperando que la salvaguarda se reactivase pero el Inquisidor simplemente me miró.

Avanzó pesadamente hacia mí, sus pasos rechinaban y sus pisadas retumbaban por su pesada servoarmadura. Nunca entenderé por qué llevar algo tan pesado con lo ligera y poderosa que podía llegar a ser una servoarmadura del Adepta Sororitas. Sus manos se alzaron hasta su mascarilla respiratoria, un mero giro y el tono de su voz cambió de uno pesado y grave a uno más natural y agudo.

- Entonces cuénteme Hermana Katherina… - Empezó a decir con un tono que denotaba curiosidad. Una curiosidad implacable, una curiosidad que no solo rebuscaba en mis palabras si no que me estaba rebuscando en el cerebro.

-…Cuénteme como se permitió que Akherón fuera condenado.-