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17 de julio de 2017

Simetrías aterradoras - Historia de Kryptman y el horror Tiránido


Muy buenas a todos, lectores, fans y seguidores de Profanus40k. Bienvenidos a una entrada de trasfondo y además no un trasfondo cualquiera sino uno muy interesante y que yo en lo personal he disfrutado muchísimo. Es material solo en inglés pero os lo comparto en castellano traducido por Profanus40k.



"Fidus Kryptman", dijo el inquisidor ante el identificador de voz. "3.32.34. Ordo Xenos."
Las lámparas de seguridad del pasillo cambiaron a un tono ámbar intenso.
"Kryptman", contestó la liviana voz de motor lógico. "Inquisidor. Acreditación: Tetra-Denticus. Acceso permitido."
La puerta de seguridad de adamantium de la mazmorra de vivisección se arrastró pesadamente hacia un lado. El joven Kryptman esperó. Tras quitarse las gafas, el Inquisidor empezó a limpiar las lentes infrarrojas con el borde de su capa con capucha. "Usted primero, Archigenetista" se ofreció Kryptman. "Después de todo, este es su mundo."
Tras él, portando ricas túnicas carmesíes, se encontraba el señor del mundo forja Opus Ersaticus, el Archigenetista Zillicus Vandrasarc, también célebre creador de órganos, que tenía desde hacía mucho relaciones de trabajo con los sagrados ordos, así como con el Adeptus Astartes. El cuero cabelludo del genetista estaba enmarañado y su amargado rostro era viejo y estaba cubierto de marcas. Kryptman divisó los rostros de unos querubines cubiertos de marcas por entre las capas de los ropajes de Vandrasarc. Eran estos homúnculos, creados a partir de la propia carne del propio archigenetista, lo que mantenía a Vandrasarc con vida, asumiendo algunos de sus cánceres y procesos degenerativos propios de su extremadamente avanzada edad. Cada uno de aquellos pares de ojos se posaron en el Inquisidor; Kryptman no podría ni imaginar lo que el venerable sacerdote podría llegar a hacerle a sus los oídos, cejas y hasta a sus gafas.
"Y, claro, esta es tu fábrica, magos", Kryptman percibió como una tecnosacerdotisa seguía al archigenetista al vivisectorum. La magos Lisbex Orm era el contacto del ordo de Kryptman en el mundo forja. Orm era una magos xenobióloga de gran habilidad y poseía un valor incalculable para las investigaciones más recientes de Kryptman. De la parte posterior de su cráneo mejorado pendían mecadendritas que oscilaban como serpientes protectoras.
"Hablando de una petición tan peculiar Inquisidor", comentó Vandrasarc con un coro de voces, desde las varias bocas que adornaban su cuerpo desgarbado. "Normalmente no solemos permitir las vivisecciones de especímenes xenos aquí, en Opus Ersaticus. ¡Es imprudente! Creo que no estará contento hasta que estemos todos infectados."
"Este es un complejo de máxima seguridad, y el sujeto ha sido transportado en perfecto estasis. La magos Orm ha tomado todas las precauciones posibles, se lo aseguro."
"No puede asegurarme nada contra tales cosas", respondió Vandrasarc con sarcasmo.
"Puedo" dijo Kryptman, "Y puedo decir con toda confianza que a pesar de los peligros inherentes en esta investigación acerca de los xenos, no hay instalación más segura y en la que podamos sentirnos más a salvo en todo el sector."
"Ya veremos, señor", replicó el archigenetista con cautela, "Ya veremos. Lo que pasas por alto es que soy el responsable de todos los fieles del Omnissiah de este mundo y-"
"Y yo de los del Emperador por todo el Imperio", le contestó Kryptman. "Vuestras inquietudes quedarán debidamente registradas. Sois bienvenido si deseáis observar el procedimiento, tanto como vuestro rango y responsabilidades permitan, pero ahora debo centrar mis esfuerzo en mi investigación. Así que si me disculpáis..."

Kryptman se adentró en el complejo de vivisección de alta seguridad. La enorme habitación había sido dividida en dos secciones concéntricas: un observatorio sellado en el exterior plagado de cámaras, aúspex, servidores armados y protegidos por gruesas placas de vidrio blindado que proporcionaban una buena vista de la sección del interior. Aunque la sección segura se hallaba vacía, los muros estaban adornados con montones de servobrazos, mecadendritas, autómatas e instrumental quirúrgico. Armamento centinela vigilaba desde lo alto de la sala. El suelo blindado y los abovedados techos donde colgaban sombríos cables estaban hechos del mismo cristal blindado que las mamparas del observatorio, alzándose desde y sobre aquel foso.
"Todos los protocolos de seguridad activados", informó Orm. "Todas las contramedidas preparadas. La zona de contención está lista, inquisidor."
Kryptman habló con seguridad a través de uno de los micrófonos. "De acuerdo. Todas las cámaras, grabadoras y aúspex listos para registrar el momento. Magos, puede comenzar con el procedimiento."
El observatorium tembló mientras una sección de su suelo se abría para dar paso a una plataforma en ascenso que provenía de la cámara de contención inferior. Esta portaba cuatro cilindros crepitantes, entre los que se alojaba un gran espécimen orgánico. Kryptman notó como la bilis le subía a la boca de la tensión.
El organismo xenos era un homenaje viviente a la repugnancia: un saco bulboso y alargado, con su carne completamente alienígena cubriéndole mientras rezumaba una capa de mucosidad. Tenía la forma de un proyectil grueso y cónico, y se mostraba como algo visceral y repulsivo.
"El sujeto de pruebas es el Espécimen Pi-Delta 2-7-4-5-6", narró Kryptman a través de su dispositivo de grabación. "Recuperado de la ruta orbital del planeta Tirán, en la Franja Este; clasificación Rho, diezmo Aptus Non. Referencia a archivo Technis 0-0-1-0-1-0."
Kryptman asintió en dirección a Orm, y los crepitantes cilindros destellaron antes de sumirse en una calma inerte. El campo de estasis, cuya integridad se mantenía gracias a dichos cilindros, se fue apagando hasta que, al fin, el organismo xenos cobró vida. El mucus se deslizó y goteó sobre el suelo del foso. Aquella cosa carnosa empezó entonces a moverse, ondulando y burbujeando a través de sus capas membranosas.



"El espécimen está clasificado por la Inquisición como Beta-Mayor, y con un nivel de amenaza cuatro," continuó Kryptman. "Designado como 'Espora micética', el espécimen fue recuperado por el carguero de apoyo Gorgus en su ruta hacia Tirán Primus y almacenado en cuarentena dentro del estasis. El Gorgus falló al entregar su cargamento de Prometio, ya que el puesto avanzado de investigación de Tirán había sido destruido. El mundo oceánico había sido presa de eventos catastróficos. Incluso la propia vida microbiana, así como toda flora y fauna, había sido borrada de la faz del planeta, así como toda la vida marina y la propia atmósfera. El Gorgus se encontró con un mundo muerto. Una bola de roca estéril. Mis propias investigaciones en aquel mundo devastado revelaron que había un Codex de datos escondido a gran profundidad bajo la posición del complejo, almacenado allí por el propio personal de exploración. En él se detallaba no solo como un registro de mundos muertos conformaba un patrón por toda la Franja Este, presagiando el avance de una flota de invasión extragaláctica, sino que también registraba la propia invasión alienígena sobre Tirán. En él podía verse que estas esporas habían sido cruciales para llevar a nuevas especies xenos jamás registradas con anterioridad a la superficie, siendo empleadas como una suerte de cápsulas de desembarco, si se quiere entender así. Para honrar a las primeras bajas conocidas de esta amenaza alienígena, he designado a estas monstruosidades como Xenos horríficus y a su raza como los 'Tiránidos'."
"Permiso para simulación de sobrecalentamiento aerodinámico, inquisidor" pidió Orm.
"Procede." respondió Kryptman.
Dos servobrazos hidráulicos se extendieron desde sus anclajes en las paredes para desplegar dos boquillas achicharradas de lanzallamas que llevaban montados en sus apéndices. Los gruesos tanques de prometio alojados en la base de los servobrazos se encendieron. Bajo el habilidoso control de las mecadendritas de la magos, aquellos apéndices bañaron a la espora micética con fuego químico.
"El Codex de datos nos muestra que la de los Tiránidos es una raza adaptable y altamente hostil, un enjambre conformado con múltiples formas de vida distintas, cada una de ellas especialmente creada para un propósito. Su agresividad parece no proceder de un prejuicio cultural o por motivos territoriales. Existen solamente, al parecer, para asimilar toda la vida con la que se topan a su matriz biológica. El eje de esta forma de vida se centra en propagar a las especies Tiránidas por doquier. La recolección genética de sus víctimas les ayuda a desarrollar nuevos organismos y a transmitir al enjambre ventajas ambientales y predadoras. Una carrera por la recolección de genes en la que los Tiránidos se hacen más fuertes con cada nueva conquista."
A medida que los lanzallamas se apartaban y el infierno cesaba, la superficie abrasada y humeante de la espora quedó a la vista: había perdido su capa de mucosidad, y en su lugar se hallaba un caparazón ennegrecido.
Un terrible sonido, similar a algo resquebrajándose con violencia, llenó la estancia y la espora, aún en llamas en algunas de sus partes, comenzó a adoptar una forma diferente. A medida que el caparazón muscular del organismo empezó a reorganizarse por debajo de su caparazón cauterizado, en este empezaron a surgir grietas y fisuras. Aquella cosa pasó de la homogeneidad de la quemadura a la variedad de tonos de un órgano dañado.
"Con la capa de mucosidad perdida," continuó el inquisidor, con uno de sus dedos sosteniendo uno de sus auriculares. "la espora parece cambiar su forma exterior, quizás para reducir el aerodinamismo y reducir lo que cree percibir como descenso atmosférico. Los escáneres confirman la presencia de múltiples formas de vida en el interior de la espora." Kryptman alzó la vista, observando cómo las finas líneas de humo se perdían entre las bóvedas. "Lo primero que siempre me llama la atención acerca de los Tiránidos es la eficiencia de su diseño y los pocos recursos que necesitan. No desperdician nada, ni siquiera energía. Creo que estas criaturas, que han dejado patente el ser poseedoras de una hostilidad hiperactiva en los datos recuperados del puesto de Tirán Primus, permanecen en un estado latente hasta que son despertadas. El calor generado por el rápido descenso a través de la atmósfera podría actuar como catalizado-"
Entonces hasta Kryptman quedó asombrado ante la velocidad del ataque.

Los tentáculos brotaron de costrosa vaina y golpearon con sus formas alargadas los servobrazos equipados con lanzallamas de alrededor. Orm intentó contraer los brazos pero la espora había enroscado sus látigos cubiertos de púas entre sus mecanismos, pistones y dispensadores de líquido. Los apéndices chirriaban mientras sus juntas luchaban por contraerse. Pero parecía ser que los grotescos apéndices de la espora estaban ganando.
"¿Quiere que use los incineradores?" preguntó la Magos Orm a Kryptman, quien estaba aún absorto observando aquella contienda. "¿Inquisidor?"
La cápsula relajó su agarre de repente, permitiendo a los servobrazos regresar a las paredes. Mientras lo hacían, los apéndices cubiertos de pinchos fueron rozando los tanques de combustible y soportes hidráulicos, derramando prometio y fluidos por todo el suelo del foso y reduciendo los apéndices armados de estos a poco más que chatarra. Los tentáculos se retorcieron y recorrieron el suelo alrededor de la cápsula, tanteándolo sin coherencia antes de volver a ser retraídos dentro de aquella bola repulsiva.
"Hostilidad hacia los aparatos registrada," relató Kryptman de forma calmada por el sistema de grabación. Dando un paso, se hizo con gesto ágil con el banco de imágenes rúnicas frente a la magos Orm. "Los escáneres aún muestran formas de vida durmientes en su interior. Diagnóstico hipotético: la espora podría ser defectuosa, ser portadora de una tara genética o simplemente haber sido lanzada por error. Esto explicaría su baja tasa de acción y el lugar en el que la espora fue descubierta." Kryptman asintió para sí. "Reduzcamos la magnitud de esta amenaza. Lisbex, puede proceder con la Fase Uno de la vivisección."

"Ejemplo de espora micética"

Moviéndose por encima de los apéndices con lanzallamas, una mecadendrita quirúrgica se aproximó a la superficie de la espora. El miembro prensil estaba adornado con pinzas y resistentes tenazas, además de portar sierras quirúrgicas, escalpelos láser, tubos de succión y un cortador de plasma. Las abrazaderas sujetaron la superficie de la vaina, y el brazo desplazó su instrumental mientras encendía la cegadora punta del cortador.
"Orm ha seleccionado el eje horizontal, en la protuberancia ecuatorial del esferoide acorazado," señaló Kryptman. "Siendo uno de los lugares donde ocurrió la anterior erupción de apéndices, es razonable esperar encontrarse con las capas protectoras del caparazón subdérmico."
Mientras el cortador de plasma rajaba una línea por la superficie de la espora, la carne burbujeó y escupió. Las tenazas se aproximaron y agarraron las gruesas membranas haciéndolas a un lado con su fuerza hidráulica. Casi a la par, unas sierras quirúrgicas se acercaron para abrirse paso por los tendones alienígenas.
Icor de diferentes olores y consistencias empezó a brotar por los laterales de la espora mientras los esfuerzos de Orm se abrían paso hacia el interior. Los tubos de succión retiraron la mayor parte de los líquidos excretados pero aun así un montón del mismo se desparramó por el suelo bajo la espora.
Con la misma energía mostrada con anterioridad, los tentáculos salieron disparados desde la zona donde se estaba llevando a cabo la incisión y se enroscaron en el material quirúrgico. La magos Orm llegó a estremecerse en su banco de control.
"Magos, inicie salvaguardas." ordenó Kryptman.
El foso de vivisección destelló súbitamente con descargas eléctricas. Relámpagos de energía se extendieron por entre el material quirúrgico así como por el metal de la mecadendrita, Los tentáculos alienígenas se retrajeron y volvieron a internarse en el cuerpo de la cápsula, seguidos por una nube de vapor y humo. Kryptman observó con frialdad aquella cosa unos instantes. "Introduzca especímenes de presa."
El suelo en el lado opuesto de la cámara se abrió y otra plataforma se elevó. Atado a la plataforma con cadenas en los tobillos se encontraba una grox adulta con una cría achaparrada entre las gruesas y reptilianas patas de su madre. Una especie de alambres cubría la espalda de la grox, permitiendo que se monitorizaran las funciones biológicas del animal. A través de su cornamenta y escamosa piel, la bestia sacó su lengua bífida para saborear el aire.
La respuesta fue instantánea. La grox dejó escapar un bufido de temor antes de rugir y agitar su rugosa cabeza y apartarse todo lo posible de la espora micética; era un instinto de terror primigenio. Dos de las cadenas cedieron de inmediato, dejando que la bestia se apartara todo lo posible. La cría, golpeada entre las tensas patas de la madre, sintió el pánico de esta y empezó a emitir un lamento.
Las dos cadenas restantes cedieron y la grox corrió hacia los cristales blindados, y el archigenetista Vandrasarc jadeó con todas sus bocas antes de retroceder. La grox golpeó el mamparo con una fuerza bestial, pero el grueso cristal blindado aguantó, forzando al animal a escabullirse por el borde del mismo sumido en el pánico.
"No tema, archigenetista," Kryptman repitió al señor del Adeptus Mechanicus. "La magos Orm nos ha proporcionado una instalación a prueba de cualquier ejemplar."
Un chillido de puro terror animal atrajo de nuevo la atención al foso: la cría grox había seguido los estruendosos pasos de su madre solo para ser alcanzado por detrás por los explosivos ataques tentaculares de la espora. La madre golpeó con sus pies y resopló, rehusando acercarse a aquel horror alienígena incluso al ver como su cría era atacada. Los desesperados chillidos de la cría fueron acallados de golpe cuando los tentáculos la envolvieron.
Rodeado de los tendones palpadores, el animal fue rápidamente arrastrado por todo el foso de vivisección. La espora micética se abrió como una semilla, dando a luz a la horrible forma de una especie de boca carnosa y gutural que engulló a la criatura entera.
"Fascinante..." murmuró Kryptman.
Con los aterrorizados gritos de la madre Grox extendiéndose por los muros de aquella sección, Kryptman observó como aquella espora volvía a sus espasmódicas pulsaciones. Más que mutar muscularmente, su movimiento se asemejó a la una criatura embarazada a punto de dar a luz.
"Veo que nuestros invitados ya no duermen." murmuró el inquisidor en dirección a Orm. La magos no respondió. No necesitaba hacerlo.
Los espasmos de la matanza del grox pronto pasaron a la propia espora. El suelo sobre el que se alzaba aquella cosa repugnante se había convertido en un mar de icor ácido que formaba ampollas en su superficie. Unas cicatrices empezaron a extenderse por la carnosa dermis de la espora, mientras esta parecía encogerse y contraerse como un trozo de fruta que se pudre a gran velocidad. Algo estaba luchando desde dentro. Luchando para ser libre.
"En cualquier momento." Kryptman dijo al micrófono.
Los instantes pasaron y la espora micética se secó y murió.
Sin previo aviso, los restos del caparazón, tendones y carne flácida salieron despedidos en todas direcciones en una gran sacudida interna. A gran velocidad, una sucesión de crueles organismos se abalanzaron sobre la madre Grox de entre los restos de la espora: horrores espinados y quitinosos, lanzándose uno tras otro sobre la bestia y encaramándose a su lomo.
El animal rugió de terror y huyó para salvar la vida, trotando por toda la periferia del pozo de vivisección y buscando aún una zona entre los mamparos por el que abandonar aquel lugar. Orm se vio forzada a recoger algunos de los servobrazos más grandes ya que el animal los destrozaba mientras recorría el perímetro de la sala sumido en el más crudo de los terrores.
Todo lo que conformaban aquellas cosas en su espalda era predador: su velocidad arácnida y su apariencia de mantis; sus frenéticos miembros; su colas con forma de látigo; el reluciente filo de sus cuchillas afiladas y las hileras de dientes como agujas. Estaban a la par desprovistos de grasa pero eran poderosos, atléticos y veloces. Eran cosas provistas de una repugnante perfección.
La Grox se desplomó en el suelo del foso, la cuchillas óseas de los horrores que la acosaban se habían deslizado sin esfuerzo a través de la gruesa y escamosa piel del animal, dañando directamente sus entrañas. La criatura emitió un último y agudo chillido mientras sus asesinos la golpeaban y apuñalaban, babeantes, hundiendo sus apéndices en su torso.
"Asimilación del primer espécimen presa, completada." comenzó de nuevo Kryptman, sin apartar la mirada de este último ataque. "Los Tiránidos son especies altamente adaptadas. Nada se desperdicia. Todo es reinvertido y biológicamente es reasignado. La espora ha entregado su carga y ha sido sacrificada como combustible para el asalto de xenoformos de vanguardia. Una subespecie que reconozco del Codex de datos de Tirán Primus, aunque los Tiránidos parecen ser increíblemente variados y en estar sumidos en un estado de constante híper-evolución. A este género en particular lo he designado como Ganti y a su subgénero como Ganti gladius. Hay muchas cepas pero me atrevería a aventurar que, a pesar de su ya comentada letalidad, los gantes son una de las formas Tiránidas menores y más pequeñas. Son depredadores que atacan en enjambres para sobrepasar a su presa, mediante una combinación de su número, una agresividad implacable y una precisión quirúrgica."
Kryptman observó como interactuaban los xenos con los restos de la Grox. Los tres monstruos hundieron sus cabezas quitinosas en los flancos de la bestia, la brutal musculatura de sus cuerpos se retorcía y arqueaba mientras devoraban la carne de su presa con movimientos instintivos. Era algo asqueroso de presenciar.


"Al observar el ataque contra el segundo ejemplar presa, podemos confirmar que cada golpe, aunque en apariencia nos parezca estúpido, es de hecho un ataque altamente preciso. Todos los órganos fundamentales para la vida han sido dañados o destruidos, con la excepción del primitivo cerebro. Los especímenes predadores están ahora ingiriendo tejidos y proteínas complejas para seguir impulsando su exigente metabolismo."
Manchados de entrañas y sangre, las bestias empezaron a rondar cerca de la carroña destrozada, con un movimiento nervioso e inquisitivo. Sus lenguas brotaban de sus cráneos como anguilas obscenas y viscosas y sus aparentemente muertos ojos alienígenas recorrían todo el lugar. Uno se aproximó al mamparo y pareció observar a Kryptman, quien le observaba también a través de su posición donde los cristales se mostraban transparentes (NdT: recordemos que estamos como en las comisarías americanas, los bichos se supone que están rodeados de mamparos blindados tintados pero los del otro lado pueden verles sin problemas).
"Es... peor de lo que inicialmente pensé," confesó el inquisidor. "La información del Codex de datos sugería que una sola conciencia motriz dirigía al enjambre Tiránido invasor. Los informes parecen indicar que algunas de las criaturas más grandes, actuando como una forma de núcleo celular, incitaba a las criaturas menores a atacar en patrones coordinados y en poderosa concentración. Si estos núcleos sinápticos, los enjambres se mostraban menos efectivos y eran propensos a dispersarse."
Kryptman observó a la bestia mientras su lengua lamía el cristal blindado. No estaba pensando. Algo mucho más alienígena se había adueñado de su mente. El inquisidor pudo sentir su ansia sin fin, a la vez hueca como el vacío y pese a todo más intensa que la luz de la más brillante de las estrellas.
No solo quería matarle; quería asimilarle. Absorber su carne y crear nuevas atrocidades con ella. Que fuera uno con su esencia, uno de los pilares de su propia existencia, y despojarle no solo de la vida sino a toda su raza de futuro alguno.
"Esta variante, a diferencia de los xenos registrados como Corporaptor ymgarli, muestran una mentalidad gregaria de progenie. Aquí en el foso de vivisección, sin contacto sináptico alguno con sus parientes Tiránidos, estos gantes actúan acordes a un instinto prediseñado agresivo-cooperativo. Esto les hace se especialmente indicados para el ataque de vanguardia haciendo que las subespecies de gantes sean las que se encuentren con mayor frecuencia en los estadios previos de una invasión Tiránida. El Codex de datos así lo atestigua."
Mientras la bestia "observaba" al inquisidor, sus compañeros habían devorado los restos de la Grox. Ahora procedían a comprobar sistemáticamente el perímetro, aproximándose al metal y al cristal blindado con sus cuchillas. Rajaron los servobrazos y mecadendritas, así como los cilindros del campo de estasis.
"Los Tiránidos emplean una gran variedad de armamento biológico," continuó Kryptman. "Los informes muestran que los Ganti han sido diseñados para mostrar por igual armamento de combate y a distancia. Esto incluye armamento balístico simbiode que dispara organismos parasitarios vivos. Por el contrario, un Ganti gladius típico, si es que algo en ellos pueda considerarse tal cosa, está más orientado al cara a cara con sus cuchillas afiladas. Estas son todo un desafío para las plastofibras, armaduras de caparazón e incluso las servoarmaduras. Añadamos a esto una portentosa capacidad de movimiento y mandíbulas que pueden desgarrar la carne y obtendremos un depredador xenos letal."
Kryptman se volvió hacia los monitores. El gante aún observaba a través del mamparo en su dirección.
"Magos Orm, proceda con la Fase Dos."
La xenobióloga manipuló los controles, guiando los robustos servobrazos y apéndices de sujeción hacia los monstruos. Estos empezaron a retirarse con recelo, siseando y gruñendo ante las pesadas garras y tenazas hidráulicas que se cernían sobre ellos, bordeando las paredes, mamparos y placas del suelo en busca de un lugar fuera de su alcance.
"Inicie protocolo de amenaza." indicó Kryptman.
Orm lanzó la mayor y más amenazadora de las servo-garras contra una de las bestias, provocando que el monstruo se lanzara a rajar con sus propias cuchillas afiladas. Saltando por entre las tenazas, el gante se alzó sobre la garra para cortar los pistones de compresión y el cableado de energía.
"Aumente amenaza."
Dos tenazas de adamantium fueron a por la bestia atacante, sujetándola por sus cuchillas frontales. Ante el furioso siseo del gante, sus camaradas se abalanzaron sobre aquellos mecanismos apresantes; alzándose sobre los brazos reforzados con la punta de sus garras mientras se anclaban a ellos con sus colas como látigos. Los horrores comenzaron a atacar entonces a los servo-apéndices con sus mandíbulas llenas de dientes afilados.
"Amenaza máxima, magos, por favor." el inquisidor dijo a Orm, haciendo que la tecno-sacerdotisa dirigiera un tercer grupo de mecadendritas surgidas de una pared cercana. Agarrando a las bestias y separándolas, los brazos alzaron a los xenos por encima del suelo y al poco los sostenían con ayuda de grilletes auxiliares y tenazas. Kryptman observó a la magos reasignado de forma experta tales mecanismos, extendiendo a aquellas bestias por encima del suelo del foso de vivisección.
Los Tiránidos se revolvían con todas sus fuerzas alienígenas pero los apéndices blindados los mantuvieron en su sitio. Mientras gruñían y siseaban de inhumana frustración, unos bloqueadores craneales se movieron para mantener quietas sus furiosas cabezas.
Kryptman resumió en su narración. "Los Ganti gladius operan de forma individual para cazar y matar, aunque su metodología de progenie dicta que este instinto provee mayores beneficios empleado en gran número. El Codex de datos sugiere que bajo determinadas circunstancias, los individuos pueden cooperar e incluso conformar 'estrategias'. Es de suponer que tal efecto se incrementa cuando el enjambre está completo en presencia de los organismos sinápticos.", entonces asintió en dirección a Orm. "Magos, comience la Fase Tres: vivisección."
"Procediendo, inquisidor," respondió Orm mientras sus máquinas comenzaban tal tarea. "desplegando también armamento balístico para pruebas de fuego."
Con los especímenes predadores extendidos, un Servobrazo portando aparatos con múltiples cañones se situó sobre el primero. Un dispositivo de puntería se centró en el caparazón expuesto del hombro.
"Prueba balística en tres, dos, uno. Fuego."
Con un breve resplandor, el arma autómata disparó su cañón principal sobre la criatura apresada. Un disparo láser rebotó contra el caparazón con forma de concha, provocando que el gante siseara de enfado. El Servobrazo descendió hasta quedar casi a quemarropa y disparó de nuevo, provocando una pequeña explosión de quitina quemada y provocando un chillido de la criatura Tiránida. El Servobrazo se apartó hasta estar sobre la criatura y reveló que el segundo disparo apenas había penetrado entre las placas de armadura orgánica de la criatura.
"Habiendo ya descrito las devastadores capacidades físicas de la criatura, parece que las armas a distancia son nuestra mejor baza contra estas bestias xenos," dedujo Kryptman. "De lejos, el armamento más común entre los disponibles en el Imperio son los basados en tecnología láser, pero como podemos ver, los impactos del rango de los diecinueve a veintidós megatúlios tienen complicado penetrar las placas de quitina mostradas por la mayoría de las criaturas. Incluso los proyectiles que logren atravesarlas con éxito serán afortunadas si logran golpear algún órgano vital en la fisiología de un Ganti gladius."
Mientras Kryptman hablaba, el brazo armado rotó para desplegar uno de sus cañones cortos. El sistema de puntería guió al autómata hasta el otro hombro de la bestia.
"Más efectivo todavía es el proyectil bólter de calibre 0,998. Modelo estándar del Adeptus Astartes, aunque raramente empleado por el resto de fuerzas militares imperiales. Observemos."
Los accesorios del Servobrazo dispararon, arrojando proyectiles de masa reactiva a la criatura. Impactaron y desgarraron la garra del gante del resto de su cuerpo, igual que si hubiera sido amputada; el miembro acuchillador se estrelló contra el suelo mientras aquella obscenidad alienígena chillaba de furia en lugar de dolor. Su hombro no era más que un muñón arrugado de cartílagos.
"Más allá del gran poder penetrante y destructivo del armamento bólter, la munición explosiva de gran calibre tenía la ventaja de poder amputar, y por ende neutralizar, el armamento integrado en los Tiránidos. Los recientes avances en munición bólter han dado lugar a variantes que han demostrado ser más que efectivas contra las progenies."
Kryptman observó como los cañones rotaban una vez más y se situaban sobre el tenso abdomen del monstruo. El Servobrazo se inclinó cuando lanzó un proyectil de alta velocidad en el abdomen de la bestia. No hubo detonación, pero sus chillidos se incrementaron.
"Los proyectiles infernales, en los cuales el núcleo de uranio de la munición estándar había sido reemplazado por ácidos mutagénicos, habían probado ser efectivos contra ciertas especies xenos."
El agujero irregular dejado tras el paso del proyectil se iba incrementando a medida que los bordes formaban un cráter cavernoso en aquella criatura. Sus chillidos se convirtieron en gorgoteos ahogados.
"Y pese a todo, quisiera dejar constancia de que el espécimen predador aún vive."
El Servobrazo rotó al cañón previo que ancló y bloqueó con un clic automatizado. El sistema de puntería llevó al cañón hasta la babeante boca de la criatura, y disparó una vez, saltando por los aires aquella fea cabeza de sus hombros cubiertos de caparazón.
"Los disparos de masa reactiva estándar que busquen acabar con la criatura deberían centrarse en su envoltura craneal."
Otra mecadendrita maniobró por encima del brazo artillado y se colocó sobre el retorcido pecho del segundo sujeto de pruebas. En lugar de cañones, el miembro autómata portaba una serie de agujas y hélices hipodérmicas.
"Proceda." ordenó Kryptman.
En lugar de girar, el dispositivo se abalanzó de frente con su potencia hidráulica, haciendo que el cúmulo de agujas atravesara la cavidad pectoral de la criatura. Los émbolos y tubos bombearon varios líquidos y gases; Kryptman aguardó unos instantes pero el gante seguía forcejeando y revolviéndose.
"Hemos probado una amplia gama de toxinas, venenos diseñados por el Adeptus Mechanicus y cerca de un centenar de venenos que pueden encontrarse en entornos naturales. Casi todos han mostrado tener poco o ningún efecto en la química corporal de los Tiránidos." Kryptman dio un paso atrás desde las pantallas del mamparo. "Magos, autorizado el despliegue." Las sirenas de advertencia resonaron, y las luces verdes de las agujas pasaron a rojo.
Una gran aguja surgió de en medio del dispositivo. Golpeó brutalmente el pecho del gante, provocando que este gritara. El efecto en la criatura fue instantáneo, empezó a temblar en sus sujeciones pero al poco se convirtieron en sacudidas espasmódicas. Dejando salir vapor de su dermis agrietada, algunos trozos de la bestia se precipitaron al suelo mientras sus macabros órganos se desintegraban hasta ser una amalgama de residuos gaseosos y líquidos que salpicaban el suelo del foso formando charcos de fangosa carne destrozada.
"El único éxito obtenido hasta ahora ha sido empleando el propio armamento biológico de la Inquisición. Este es un derivado debilitado del virus Devorador de Vida, habitualmente empleado durante un Exterminatus, una sentencia que los sagrados ordos no imparten a la ligera. Ni siquiera los xenos pueden luchar contra el Devorador de Vida."
Mientras Kryptman dirigía la experimentación balística y toxicológica, un miembro con múltiples componentes estaba ocupado trabajando en el tercer espécimen depredador, bajo el experimentado control de Orm. Los escalpelos láser, sierras radiales y cuchillas se habían abierto paso por la criatura, amputando sus miembros y recogiendo los pseudo-órganos internos antes de depositar los restos en estasis para su posterior estudio. La magos Orm había sido rápida con su instrumental a distancia, extirpando y desmembrando aquel bio-constructo desde sus pezuñas garrudas hasta su retorcido cuello. Con el resto de sí misma dividida en pedazos y dispuesta en estasis, la criatura aún era capaz de mover su mandíbula llena de dientes afilados con un movimiento aparentemente instintivo.


"La vivisección del tercer sujeto había sido un éxito," anunció Kryptman, sacando una placa de datos y escaneándola, "con el espécimen recuperado al completo para posteriores análisis, documentación y pruebas. La criatura ha demostrado... una resistencia considerable al shock y a la reducción de sus propios designios genéticos. El caparazón quitinoso y las estructuras óseas han probado ser resistentes contra las armas de filo convencionales, siendo necesario el uso de espadas-sierra y armamento de energía." El inquisidor sonrió. "El equivalente a este tipo de armamento sería necesario si lo que se desea es herir a los constructos Tiránidos en combate en el campo de batalla."
Orm llevó una sierra de hueso a la parte posterior de la cabeza del gante, rajando el cráneo desde la parte posterior. La mandíbula de la bestia seguía mordiendo incluso cuando su cráneo fue abierto de par en par y se comenzó a trabajar con partes de su horrendo cerebro.
"Los augures psico-oculares han revelado con anterioridad que existe una presencia psíquica," narró el inquisidor, "sugiriendo que ciertas partes del cerebro son responsables de las conexiones sinápticas indicadas previamente. Esta podría ser la primera evidencia de una gran aglomeración social similar a la de los insectos o alguna consciencia gestáltica, que conecta a todas las criaturas Tiránidas formando una sola 'Mente Enjambre'."
Los ojos de la criatura ardieron con una extraña mirada de odio hueco. Mientras que Orm retiraba la parte final y más primitiva del cerebro, las mandíbulas de la monstruosidad al fin se detuvieron.
"Una curiosa sorpresa final ha sido el hallazgo de un canal reproductivo," Kryptman registró con una mezcla de entusiasmo técnico y desesperación. Un apéndice biológico que permanecía levitante en un campo de estasis, que mostraba una colección de esferas carnosas cubiertas de venas. "Esto significa que los sujetos depredadores son capaces de reproducirse con independencia una vez han aterrizado, reemplazando sus bajas y fortaleciendo la vanguardia del enjambre. Nos esforzaremos por llevar a algunos especímenes a la madurez bajo condiciones especiales para facilitar futuras pruebas."
Posó su mano sobre la placa de datos, imprimiendo y cerrando el archivo.
"Esto concluye la investigación actual."

Kryptman se giró para encontrarse con la horrorizada mirada del archigenetista Vandrasarc. Alzando su anciano rostro, el sacerdote sacudió un tembloroso dedo en dirección al foso de vivisección.
"Saca a esos especímenes de mi mundo." dijo el archigenetista sin dar rodeos, antes de salir de la cámara.
Kryptman miró a la magos Orm, que simplemente se encogió de hombros.
"Encender luces." murmuró el inquisidor.
Por encima de la cámara interior, surgieron unos haces de luz, mostrando un puesto de observación llena de gente observando el vivisectorum. Los monitores mostraban filas de figuras embutidas en servoarmaduras, cientos de ellos, sin casco, de pie y en silencio en las sombras. Marines Espaciales todos, revestidos en armaduras negras, que parecía tragarse hasta la propia luz. Cada uno portaba el símbolo de la Cámara Militante, los Guardianes de la Muerte, en una de sus hombreras.
Un siniestro oficial con la cara cubierta de cicatrices y con una pulcra barba gris avanzó y activó el comunicador de voz del observatorio.
"Muy instructivo inquisidor" dijo el veterano con una voz dura como una roca. "Ahora que nos has mostrado los detalles de este contagio xenos, indícanos donde encontrar a estas malditas especies para que podamos exterminarlas."
"Aquí" Fidus Kryptman contestó, con igual gravedad. "Y a no mucho tardar."
El oficial de los Guardianes de la Muerte asintió con solemne satisfacción. Kryptman cruzó las manos en su espalda y se quedó mirándole.
"Debe comprender Capitán que si falla al detener el avance de los Tiránidos estos se extenderán por doquier."
"Los Guardianes de la Muerte no fallarán, inquisidor."



Opinión

Ha estado genial, ¿verdad? Me recuerda mucho a esas historias de ediciones anteriores donde los Tiránidos eran un elemento a temer más que a batir. Algo contra lo que todos estaban temerosos de enfrentarse, un terror primigenio. Vamos como los bichos de Alien. De una longitud escasa y por 2,5 libras, el relato corto de Simetrías aterradoras puede comprarse en inglés en la Biblioteca Negra si os da por ahí.

En lo personal diré que es una gozada leer esto sin spanglish, ya que difícilmente encontraréis relatos nuevos o codex que ya no lo posean pero bueno, mientras tengamos ganas y ánimo en Profanus40k siempre tendréis un hogar para este tipo de cosas. 

Esta novela creo que permite disfrutar a muchos de lo que el horror de los Tiránidos representa para el universo de Warhammer 40k, y eso que los especímenes mostrados son, como dice Kryptman, quizás una variante defectuosa, de una raza que quiere asimilarlo todo. Me ha parecido especialmente cruda la parte de la grox y su cría pero ha sido muy inmersiva la que describe el trabajo de la Inquisición, y del Ordo Xenos en particular. Ojalá veamos más así.

20 comentarios:

  1. Fántastico, como se nota cuando el trasfondo es añejo. Ya no se hacen tiránidos como los de antes.

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    1. No es añejo, es de hace poco si mal no recuerdo. Pero el estilo si lo es, y es lo que lo hace bueno. Tristemente.

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  2. Inquietante, gracias por la traducción.

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  3. Brutal, y sin spanglish una gozada

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  4. Una de esas pequeñas maravillas que todavía se pueden encontrar. Por eso desde el principio me atrajeron los tiránidos, una raza extragaláctica a la cual todos temen.

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    1. El Gran Devorador. Siempre que leías las historias sentías la desesperación.

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  5. Grandisimo aporte!
    Que tiempos aquellos en los q los tiranidos eran el fin y no uno más del monton de la galaxia,,,

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    1. Pero el Verdadero enemigo siempre ha sido el Caos, pero al ser un ejercito nuevo en aquella época debían de darle lustre.
      Personalmente veo a estas langostas como la perdición de la Galaxia, ya lo han hecho antes, al menos una vez,si no mas.

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  6. Por cierto nunca os habéis planteado traducir los libros de la Herejía de Forge? Es un trabajo TITANICO pero la calidad del material de forge es mucho mejor que el de la filial hermana.

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    1. Ya pero no jugariamos y es como dices... titánico. Yo tengo dos libros y el inglés no es problema pero traducirlos... perezón. Por eso nos centramos en WP ya que al menos eso lo usamos.

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    2. Ok, yo estoy poco a poco, traduciendo la parte de la Guardia del Cuervo, aunque entre la falta de tiempo y mi ingles playero...

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    3. Mucho ánimo con ello Lucas, cuando lo tengas si quieres podemos compartírtelo

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    4. A ver porque estoy en una mudanza y lo tengo en una libreta y no se donde estará X=D

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  7. Muchas gracias,muy evocador de las primeras ediciones.

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