Betrayal at Calth - Misión 2: Inundad las Catacumbas

Muy buenas a todos warhammeros. Hoy la entrada es inusual pero tengo pensado que sea algo relativamente habitual mientras completo las campañas de los juegos de mesa: Traición en Calth y Prospero Arde (Betrayal at Calth y Burning of Prospero respectivamente). Hace tiempo ya hice sendos análisis-reseña de los juegos enseñando misiones tipo para que la gente viera un poco sus mecánicas y decidiera si adquirirlos, o no. Pero ahora pienso contar las historias que estos juegos nos proponen... ¡jugándolos en mis escasos ratos libres!

Hoy traigo para todos vosotros la segunda misión de la la caja de Traición en Calth.

Si estuvieras interesado en las otras misiones...
Análisis del juego y Misión 1
Misión 3: Puñaladas en las Tinieblas
Misión 4: El Laberinto

CONTEXTO

Steloc Aethon, el Capitán exterminador de los Ultramarines, se abre paso por las catacumbas tras desvelarse la pérfida traición de los Portadores de la Palabra. Su intención es abrir las escotillas de las catacumbas y liberar una marea congelante que masacre a muchos de sus enemigos que ahora se cobijan de la radiación que arrasa Calth en el subsuelo. Acompañado de sus camaradas exterminadores en armadura de catafracto, Aethon recorre las arqueologías de Calth enfrentándose con furia contra los Portadores.

Sin embargo, las comunicaciones están alteradas y sus hermanos exterminadores dispersos por las catacumbas no son conscientes de los ponzoñosos actos de los hijos de Lorgar. Aethon debe llegar al panel de control, hay mucho en juego.

LOS OBJETIVOS

LA PARTIDA

Comienza la misión. Los exterminadores se despliegan según lo indicado en primer lugar. Aethon y sus compañeros (el Sargento y otro guerrero) están al norte mientras que tres exterminadores adicionales patrullan las catacumbas ajenos aún a la traición de los Portadores de la Palabra (no se activarán hasta el tercer turno).

Tras ellos se despliegan los Portadores de la Palabra, 10 Marines con 1 rifle de plasma y 1 bólter pesado, que deberán impedir que Aethon llegue al panel o que sus enemigos les sobrepasen. El número de los Portadores es su fuerza, ya que por blindaje y capacidades los Exterminadores pueden sobrepasarles, aunque al no poder haber más de uno de ellos por casilla son débiles ante una alta concentración de fuego.

Los Portadores de la Palabra comienza en esta partida. Cogemos las cartas de mando y comprobamos de qué disponemos.

Pues sin más dilación, comienza la batalla

Turno 1

Los bandos se despliegan y van avanzando hacia las posiciones que consideran ventajosas. No llega a haber ningún ataque aún porque no hay líneas de fuego claras. La tensión se palpa en el ambiente.

Turno 2

Los Portadores de la Palabra obtienen una nueva carta de mando y la emplean para mover a una de sus unidades (con rifle de plasma) contra los desprevenidos Exterminadores del fondo occidental. Abren fuego y logran acabar gracias al efecto crítico con el Exterminador catafracto que a pesar de su gruesa armadura no es capaz de resistir tamaña potencia de fuego. En el norte los Portadores se parapetan tras una barricada y observan a los camaradas de Aethon llegar por el fondo.

El exterminador del norte avanza abriendo fuego con su bólter de asalto, provocando críticos y restándole todos los puntos tácticos gracias a una carta de mando a los Portadores de la barricada, que apenas sufren daños al estar parapetados tras tan poderosa barrera.

Los marines de la escuadra del especialista con plasma abren fuego contra otro de los Exterminadores pensando en segar otra vida, aunque esta vez sin éxito.

En respuesta el exterminador del fondo norte abre fuego de nuevo contra sus enemigos que, a pesar de no causar ninguna baja, provoca que se amedrenten, o eso espera.

La unidad del arma pesada, colocada en posición en el centro abre fuego con su "picadora de carne" y junto a los proyectiles de su compañero de posición masacran a otro de los Catafractos que malherido cae ante la abrumadora potencia de disparo concentrada en su cara. Los Ultramarines están cayendo...

Turno 3

"¡Noooo!" grita el Sargento Exterminador que se abre paso a la carrera contra la barricada y de un tajo con su arma de energía despacha a uno de los Portadores de la Palabra.

Los Portadores se retiran ante tan brutal asalto hacia una posición profanada, que esperan emplear para que sus enemigos no puedan sacar provecho a su potencia de fuego (acción gratuita). Mientras la unidad de plasma quiere más sangre en su cuenta y abre fuego contra el solitario Exterminador que se hace consciente de tamaña traición perpetrada por sus viles hermanos, sin lograr abatirle.

Este responde abriendo fuego pero las armaduras de sus enemigos no son blancos fáciles entre los escombros. "¡¡Maldito bólter pesado y maldita PCE!!" proclama con el resonar de los casquillos contra el suelo acompañando al eco de su desafio.

Los guerreros de los Portadores abren fuego de nuevo y el rifle de plasma se cobra la vida del valiente soldado. "¡Sangre para los Dioses del Caos, sucios perros de Guilliman!" rugen los fervientes hijos de Lorgar.

Absortos en su momentánea victoria, los guerreros que protegen el cogitador no son conscientes de que Aethon se acerca por su espalda y con su combi-fusión mata a uno de ellos con frialdad, propia de un Ángel de la Muerte de las Legiones Astartes. "¡Muere, escoria traidora!"

El Portador de la Palabra del arma pesada gira sobre sus pies y encañonando a Aethon abre fuego riendo de forma maníaca. "¡Jajajajaja, nada puede frenar a los siervos de la Verdad!". Los proyectiles dejan herido a Aethon.

Este, en vez de huir, que es de cobardes, da uso a la carta de mando "Disciplina táctica" y en una maniobra veloz se resguarda tras el cogitador mediante un redespliegue táctico.

Los Portadores del área profanada por su parte disparan al Sargento exterminador, quitándole un punto táctico.

Pero este no se va a dejar amedrentar por sus artimañas, y cargado de furia justiciera se lanza a la carga con la espada en alto. Golpea con ella a su avieso enemigo y un hijo menos de Lorgar al que aguantar en aquella lúgubre caverna...

Pero el enemigo no escatima en recursos... su bólter pesado pone fin a un sangriento avance gracias a una gran cantidad de proyectiles de masa reactiva. Vomitando sangre, el enorme guerrero se desploma contra el frío suelo de Calth.

Su hermano, el taciturno Pius Medianus no se deja llevar por la ira y a base de potencia de fuego concentrada pone fin a las pérfidas acciones de su ahora ex-hermano en el foco profano.

El guerrero del cogitador, solo, sabe que apenas tiene nada que hacer contra el Exterminador del norte si este centra su fuego en él, por lo que se suma a la escuadra del bólter pesado y les agrega un punto táctico. La "picadora de carne" vuelve a tener capacidad de generar dolor en los hijos de Roboute. Estos disparan con sus armas pero no logran atravesar la gruesa armadura tras la barricada.

Turno 4

En este turno los defensores de Calth ganan la iniciativa que había sido hasta ese momento de los Portadores.

El exterminador de la barricada abre fuego y logra derribar a uno de los guerreros que acompañan al arma pesada. Este lanza sus maldiciones mientras la vida abandona su ponzoñosa forma corpórea y después se desploma contra el suelo, siendo solo uno más en el número de cadáveres en aumento. Las balas del guerrero de Ultramar llevan la retribución que tanto ansía, haciendo que estos pierdan un punto táctico además. Ni siquiera la presencia del área profana evita que su venganza se cumpla.

La rabia hace que estos abran fuego contra él de nuevo, sin dañarle y gastando así su último punto táctico.

Esto es aprovechado por Aethon que corre hacia el cogitador mientras su costado sangra por las heridas sufridas.

Los enemigos del fondo corren para evitarlo pero él llega antes al cogitador. Los guerreros de Lorgar lanzan un dado para evitar que active la maquinaria de las catacumbas de Calth pero es en vano, Aethon lo ha logrado.

"¡Noooooo!" ladran los siervos del Caos mientras el capitán ultramarine se ríe de ellos.

La victoria es de los Ultramarines.