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11 de mayo de 2017

[Relato] Carta de anuncio del primer amistoso de los Colmenar Conquerors por Miguelo Carvante

 

 Y arrancamos con la historia del equipo con la carta del mesmo Miguelo Carvante, dueño del venerable Campo de blood bowl de Colmenar Nuevo al gremio de mieles y a la afición de todo el pueblo.

Se que esto es un poco experimental, pero no os preocupeis, no me quita tiempo ni de la traducción de BFG ni de la reedición del reglamento de Blood Bowl, de eso se encarga mi vida.


Carta la honrosa y amante del deporte gente de Colmenar Nuevo
 
Desocupado Socio abonado sin juramento aún, me podrás creer que quisiera que este equipo, como hijo del entendimiento, fuera el más fermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza, que en ella cada cosa engendra su semejante.

Y, así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino un entrenador seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?

El desasosiego, el asiento apacible, la amenidad de los partidos, la serenidad de los comisarios deportivos, el murmurar de Cavalvisión, la quietud tras un placaje son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan jugadas al mundo que le colmen de maravilla y de contento.

Acontece tener un Orco un goblin feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y las cuenta a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezco padre, soy empleador de don Alonso Quijano, no quiero irme con la corriente del uso como otros hacen, aficionado carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi entrenador vieres, que ni eres su pariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu campo, donde eres señor dello y sabes lo que comúnmente se dice, que «Debajo de mi estadio, al árbitro mato», todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación, y, así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calumnien por el mal ni te premien por el bien que dijeres della.

Solo quisiera dártela monda y desnuda, sin el ornato de anuncio, ni de la inumerabilidad y catálogo de los acostumbrados sonetos, epigramas y elogios que al principio de los partidos retransmitidos suelen ponerse. Porque te sé decir que, aunque me costó algún trabajo componerlo, ninguno tuve por mayor que hacer este anuncio que vas leyendo.

Muchas veces tomé la pluma para escribille, y muchas la dejé, por no saber lo que escribiría; y estando una suspenso, con el entrenamiento delante, la animadora en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla, pensando lo que diría, entró a deshora un jugador mío, gracioso y bien entendido, el cual, viéndome tan imaginativo, me preguntó la causa, y, no encubriéndosela yo, le dije que pensaba en el anuncio que había de hacer a la presentación de Alonso Quijano y sus Conquistadores, y que me tenía de suerte que ni quería hacerle, ni menos sacar a luz las hazañas de tan noble Entrenador.

 —Porque ¿Cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el pueblo de Colmenar que llaman vulgo cuando vea que, al cabo de tantos años como ha que duerme la gloria de los Abejorros en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis años a cuestas, con un equipo seco como un esparto, ajeno de estrellas, menguado de anabolizantes, pobre de sobornos y con falta de patrocinador, sin la NAF en activo y sin chef Halfling siquiera, como veo que están otros equipos, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de dinero, estrellas y de toda la caterva de ayudantes de entrenador?

Pues ¿qué, cuando citan a Nuffle? No dirán sino que son unos deportistas y otros doctores del deporte, guardando en esto un decoro tan ingenioso, que en un salón han escondido una Groupie y en otro hacen un sermoncico, que es un contento y un regalo oílle o leelle.

De todo esto ha de carecer mi equipo, porque ni tengo qué sobornar árbitros, ni patrocinio, ni menos sé qué comisarios sigo en él, para ponerlos al principio. También ha de carecer mi equipo de armas secretas, a lo menos de sierras mecánicas, bolas con cadena o bombas explosivas, aunque si yo los pidiese a dos o tres enanos amigos mios, yo sé que me los darían, y tales, que no les igualasen los de aquellos que tienen más nombre en nuestra Estalia.

 En fin, señor y jugador mío —proseguí—, yo determino que el señor Quijano se quede entrenando al norte de Magritta, hasta que  Nuffle depare quien le adorne de tantas cosas como le faltan, porque yo me hallo incapaz de remediarlas, por mi insuficiencia y pocas dotes deportivas, y porque naturalmente soy poltrón y perezoso de andarme buscando entrenadores que digan lo que yo me sé decir sin ellos. De aquí nace la suspensión y elevamiento, jugador, en que me hallastes, bastante causa para ponerme en ella la que de mí habéis oído.

 Oyendo lo cual mi jugador, dándose una palmada en la frente y disparando en una carga de risa, me dijo:

—Por Myrmidia, patrón, que agora me acabo de desengañar de un engaño en que he estado todo el mucho tiempo que ha que os conozco, en el cual siempre os he tenido por discreto y prudente en todas vuestras aciones. Pero agora veo que estáis tan lejos de serlo como lo está el cielo de la tierra. ¿Cómo que es posible que cosas de tan poco momento y tan fáciles de remediar puedan tener fuerzas de suspender y absortar un ingenio tan maduro como el vuestro, y tan hecho a romper y atropellar por otras dificultades mayores? A Myrmidia, esto no nace de falta de habilidad, sino de sobra de pereza y penuria de discurso. ¿Queréis ver si es verdad lo que digo? Pues estadme atento y veréis cómo en un abrir y cerrar de ojos confundo todas vuestras dificultades y remedio todas las faltas que decís que os suspenden y acobardan para dejar de sacar a la luz del mundo la historia de vuestro famoso entrenador, luz y espejo de todo Blood Bowl.

 —Decid —le repliqué yo, oyendo lo que me decía—, ¿De qué modo pensáis llenar el vacío de mi temor y reducir a claridad el caos de mi confusión.

A lo cual él dijo:

—Lo primero en que reparéis en el entrenamiento, se puede remediar en que vos mesmo toméis algún trabajo en presentarnos, y después nos podéis bautizar y poner el nombre que quisiéredes, ahijándonos al Sigmar o a la Dama del lago, de quien yo sé que hay noticia que fueron famosos entrenadores y cuando no lo hayan sido y hubiere algunos pedantes y bachilleres que por detrás os muerdan y murmuren desta verdad, no se os dé dos maravedís, porque, ya que os averigüen la mentira, no os han de cortar la mano con que lo escribistes.

 En lo de citar comisarios y arbitros de donde sacáredes las licencias y dichos que pusiéredes en vuestra plantilla, no hay más sino hacer de manera que venga a pelo algunos favores debidos a la familia Carvante que vos sepáis de memoria, o a lo menos que os cuesten poco trabajo el buscalle.

 Si de la amistad y amor que Myrmidia manda que se tenga al enemigo, entraros luego al punto por el reglamento del Sagrado Comisionado Tres cuernos, que lo podéis hacer con tantico de curiosidad y decir las palabras, por lo menos, del mismo Nuffle.

“Amigo, esto es Blood Bowl. ¡Aquí puede ocurrir de todo! ¡Créeme!”.

Y con estas palabras y otros tales os tendrán siquiera por deportista, que el serlo no es de poca honra y provecho el día de hoy. En lo que toca al buscar patrocinio, seguramente lo podéis hacer desta manera,  si encontrais algún gigante en vuestro campo, saber que sea el gigante Golías, y con solo esto, que os costará casi nada, tenéis una grande pancarta anotación, pues podéis ponerle una camiseta que anuncie el equipo. Tras esto, para mostraros hombre erudito en deportes haced de modo como en vuestra camiseta se nombre la miel de Colmenar, y veréisos luego en el otro lado otra , poniendo: «La miel de Colmenar Nuevo fue así dicho por un rey de las Estalias, tiene un sabor sin igual y muere en la panza, besando los muros de tu garganta, y es opinión que tiene las propiedades de oro»

 Si tratáredes de ladrones, yo os diré la historia de Colmenar, que la sé de coro; si de mujeres rameras, ahí está el obispo del pueblo, que os prestará a Lamia, Laida y Flora, cuya presencia os dará gran crédito; si de crueles, Ovidio os entregará a Medea; si de jugadores valerosos, el mesmo gobernador os prestará a sí mismo en sus Comentarios.Y si no queréis andaros por tierras estrañas, en vuestra casa tenéis a Fonseca, Del gremio de la miel, donde se cifra todo lo que vos y el más ingenioso acertare a desear en tal materia.

En resolución, no hay más sino que vos procuréis una camiseta, u organizar un partido en el vuestro Campo, que aquí he dicho, y dejadme a mí el cargo de ganarme al público; que yo os voto a tal de llenaros de placajes y de gastar cuatro touchdowns en el fin del partido. Vengamos ahora a la citación de los nobles que los otros equipos tienen, que en el vuestro os falta contrincante. El remedio que esto tiene es muy fácil, porque no habéis de hacer otra cosa que buscar un equipo que venzamos.

Pues ese mismo partido pondréis vos en vuestro anuncio; que puesto que a la clara se vea la victoria, por la poca necesidad que vos teníades de aprovecharos dellos, no importa nada, y quizá alguno habrá tan simple que crea que de todos os habéis aprovechado en el simple y sencillo equipo vuestro; y cuando no sirva de otra cosa, por lo menos servirá aquel largo catálogo de victorias a escribir en el nuestro museo del estadio.

 Y más, que no habrá quien se ponga a averiguar si los ganastes o no los ganastes, no yéndole nada en ello. Cuanto más que, si bien caigo en la cuenta, este vuestro equipo no tiene necesidad de ninguna cosa de aquellas que vos decís que le falta, porque todo él es una invectiva contra los otros aburridos  y deshonrrosos equipos.

Solo tiene que aprovecharse de las estrategias en lo que fuere viendo, que, cuanto ella fuere más perfecta, tanto mejor será lo que se juegue. Y pues este vuestro equipo no mira a más que a deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tienen los equipos de blood bowl, no hay para qué andéis mendigando patrocinadores o árbitros.

 Con silencio grande estuve escuchando lo que mi jugador me decía, y de tal manera se imprimieron en mí sus razones, que, sin ponerlas en disputa, las aprobé por buenas y de ellas mismas quise hacer este anuncio, en el cual verás, lector suave, la discreción de mi jugador, la buena ventura mía en hallar en tiempo tan necesitado tal consejero, y el alivio tuyo en hallar tan sincera y tan sin revueltas la presentación al mundo del famoso entrenador don Alonso Quijano, de quien hay opinión, por todos los habitadores del distrito del campo de Magritta, que será el más casto enamorado y el más valiente entrenador que de muchos años a esta parte se verá en aquellos contornos. Yo no quiero encarecerte el servicio que te hago en darte a conocer tan noble y tan honrado entrenador; pero quiero que me agradezcas el conocimiento que tendrás del famoso Halfling Panza, su ayudante y escudero, en quien, a mi parecer, te doy cifradas todas las gracias escuderiles que en la caterva de los libros vanos de Bretonia están esparcidas. Y con esto Myrmidia te dé salud y a mí no olvide.

4 comentarios:

  1. Jajajaja me encanta!

    Gran trabajo!

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  2. Muu chula! Un currazo desde luego!

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  3. El móvil no me deja contestaros chicos, gracias por los elogios, entiendo que para muchos es complicado de leer, por haber utilizado español antiguo XD. Para lo siguiente lo más seguro es que pase a español moderno con algunos detalles.

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  4. Harec, me ha encantado el texto. Por mi sigue haciéndolo en castellano antiguo pero debe ser un dolor de cabeza hacerlo.

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