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20 de febrero de 2017

Great Red - Reseña (review)


Buenos días de lunes. ¿Qué? ¿Tristes por tener que ir de nuevo a currar un lunes más? No desesperéis, aquí traigo otra reseñita sazonada con esos toque de humor tan nuestros para que os entretengáis en vuestros ratos libres. ¿Que ha pasado con Ramus? ¿Ha logrado dar ya con el vampiro alopécico Mannfred y resuelto el agravio? Chan chan chaaaan, ¡vamos a ver que ocurre en el Gran Rojo!

El contexto

Estamos en la Era de Sigmar en el universo de lo que antaño era Warhammer Fantasía: estilo medievo con magia, dioses y demonios. El Caos ha ganado, casi todo está destruido (aunque en el fondo da lo mismo porque ya todo eso no importan un pito) y lo poco que queda de las fuerzas del orden del mundo de Warhammer están en el plano de Sigmar, donde el Caos, por conveniencia del guión, no puede entrar. De entre ellos Sigmar "forja" a los Sigmarines Eternos de la Tormenta, guerreros gigantescos, superfuertes, semi-inmortales y equipados con lo mejor que el Imperio de la Humanidad Sigmar es capaz de proveerles de sus forjas.

Estos guerreros son los que se han lanzado de nuevo a los planos de Dragones y Mazmorras universo de Warhammer para enfrentarse al Caos y a su poderoso líder, Archaón. Pero no pueden ganar solos; necesitan al resto de facciones de los planos para unirse al él para derrotar a las fuerzas de los Dioses Oscuros, ya que aunque el Caos lo controla todo es una vil y sucia patraña, ya que quedan fuerzas de muchas otras facciones (y más que se irán inventando) que pueden hacer frente al absoluto (aunque no parece que sea tanto) dominio del Caos. En este contexto se desarrolla nuestra historia.

Bueno, y ¿cómo hemos llegado al punto actual? Pues veamos, en capítulos anteriores... Tarsus, señor de la hueste que lleva ahora Ramus, es el equivalente a un capitán Marine Espacial pero en el universo medieval de la Era de Sigmar, esta dirigiendo a su tropa por el plano de la muerte. Él y sus guerreros han sido enviados a parlamentar con Nagash. En esto que por el camino recogen a Mannfred que hacía autostop en una gasolinera medieval y promete guiarles hasta Stygxx. Pues entre zurra y zurra llegan ante Nagash que, además de loco, está chinao. Nagash empieza a cargarse a todos los Eternos de la Tormenta mientras Mannfred huye, plan cobarde. Así que Tarsus se sacrifica para salvarles. Ramus revive y persigue a Mannfred durante 2 audiodramas dandole una somanta palos a todo lo que se cruza en su camino.



La trama

La historia comienza con Ramus medio ido de la cabeza yendo por el desierto en su viaje hacia el frente; el desierto es uno de huesos y polvillo de huesos... y que se te meta por las juntas de tu servoarmadura medieval no mola. Mientras anda, va pensando en formas de estrangular a Mannfred, al más puro estilo sadomaso... quiere llevarselo a la sala de juegos. Pero bueno, estos intensos pensamientos se ven entrecortados por la cabeza del ogro muerto que les hace de gps: "por favor, gire en la siguiente duna y tome la segunda salida en la rotonda. Falta un audiodrama para su destinoooo".

Sin embargo, esto pasa cerca de una de las bandas de Mandibula'ierro del Este, muy enemigos del Oeste. Se lía la marimorena y se dan de mamporros con los Eternos de la Tormenta por ir tan pijos con tanto oro: "ezte ez un barrio metalero, ¡madafakas!" les gritan. Para venderte que los sigmarines son la caña, te va diciendo todo el rato que, más que un metal, la fabulosa Sigmarita (patente en trámite) es más un milagro, una gozada del décimo arte, una joya; y que corta los tomates que es una maravilla. Pues entre zurra y zurra le dicen a los Orcos que no son sus enemigos. Ciertamente es una escena peculiar: ver a un tío dorado partiendo cabeza de orcos al grito de "No somos vuestros enemigos". Pero bueno, en un mar de huesos, los no muertos reviven fácil y los orcos son felices en las zurras así que los Eternos de la Tormenta dan un rodeillo y siguen dejando que la fiesta continúe. Sin embargo, ya sabemos que Ramus no es una persona razonable, tira más por la tozudez extrema, así que se dice a sí mismo que si convence al Gran Rojo para que le ayude contra Mannfred, dispondrá de mucha mano de obra barata de color verde y no sindicada.


A esto que llegan a una fortaleza orca hecha en medio de un esqueleto titánico, un ser de la era de los mitos, un periodo nuevo que los de guorchop se han sacado de la manga y que a veces echan ahí cosas de bichos enormes al más puro estilo D&D. Pero bueno, volviendo al asunto: Ramus dice que primero debe llamar la atención de los orcos y, como si ir de dorado brillante y azulito no fuera ya suficientemente llamativo, se planta delante de la puerta y hace una exhibición de rayitos gratuita (cuidado, con GW NADA es gratuito, ¡ni aunque lo sea!). Al más puro estilo Puerta Negra de la peli del Señor de los Anillos, la puerta se abre y salen orcos negros (que ahora son Tipoz duroz). De entre ellos sale una de las figuras que más controversia ha generado en muchos lados, el Agitador de guerra (Warchanter). Similar a un chamán pero mucho más ridículo y sin sentido en ninguna clase de contexto, el tío este sale y se pone a aporrear el suelo, a sus colegas y a sí mismo y eso encabrona a sus amigos orcos.

Comienza la batalla mientras el batería sigue pegándole a todo con sus palitos hasta que ya, hartos de tanto ruido, llega la guardia civil y...

Que no, que no, Es Ramus, que ya está cansadito de tanto flow y le dice a sus amigos que... ¡a por el! La batalla se recrudece y no hay forma de hacerles frente, así que Sigmar hace su tirada de reservas y... DIOS SÍ, ¡un 5 y un 6! Eso si que es suerte, nuevos refuerzos se despliegan desde Azyr, la partida no ha acabado y hay un turno más para remontar. Pues de esto que enfocan con la linterna al orco, este no ve y cuando recobra la visión, el martillo de cierto capellán rencoroso le aplasta la cabeza. Ea, ¡victoria! Ahora a descansar en nuestra nueva fortaleza.


Al más puro estilo videojuego entran y van mirando de todo, apropiándose de cosas (no es robar, es requisar, que no es lo mismo) y leyendo los tablones de publicidad. El Gran Rojo, "parece una marca de licores" dice Ramus; "a mí me recuerda a un héroe de la Rusia soviética" dice Vandalus; "pues yo soy daltónico y es una putada" argumenta Cassos. A esto que encuentran a Afredito, el goblin mayordomo. Dice que su señor, el Gran Rojo, ha salido, que si le dejan el recado; pero un Eterno de la Tormenta nunca deja un recado, ¡siempre envía certificado y exige DNI y firma! Aguardarán aquí a que retorne a casa y le darán nescafé capuccino.

Pues a esto que al rato les ven venir: muchiiiisimos Orcos y al Gran rojo, la nueva miniatura de megakaudillo sobre un Rompe-Mandibulaz (Maw-Krusha). Ramus dice que es normal orinarse encima cuando estás emocionado y tras un engorroso momento se asoma al balcón. Entonces empieza el "combate singular" de 4 héroes Eternos de la Tormenta contra el Gran Rojo: primero combate aéreo con el Azyros mientras Ramus dispara rayitos desde lo lejos, derribándole. A esto que de mientras, la cabeza del ogro no muerto, al más puro estilo hooligan repite todo el rato: "ahora que está tirao en el suelo, apuñaladle, no va a escucharos, dadle caña joder". Al escuchar dicha palabrota Ramus empieza a mosquearse, pero no mucho, ¡ya que el orco viene a por más! Tras una zurra con otros amigos de Ramus, este descubre que en verdad el del cráneo era Mannfred, que se cachondea del capellán y que ya lo tiene donde quería: o matando al orco este o muriéndose.

Como buen malo de peli, le cuenta a Ramus su plan: que se va a quedar con el mar de huesos y va a hacer más esqueletos que la madre que le parió. ¡Su colección será la envidia del propio Nagash! A esto que el megakaudillo lo oye y dice... "¿Keeee? No en miz tierraz" Y se sube de vuelta a su Rompe-Mandibulaz y se vuelve a su horda: ¡los huezitoz ze acerkan!

"¡Estos orcos son realmente despiadados!"
Ramus está empanao... le han tomado el pelo. ¿A él? El más guay de los guays.... el más humilde de los modestos... Su colega Vandalus le saca de su ensimismación: "¿Vas a dejar toda la lucha/diversión a los mandibula'ierro?". A lo que este se alza y dice que "y un pimiento".


Opinión

Con este audio empecé ciertamente esta historia. Ni qué decir tiene que es, de todos los de la serie, el que menos me gusta en sí por el argumento (ya habréis visto que a pesar del humor, es pésimo, como el humor). La historia es bastante cogida por los pelos y el momento de aparición de más colegas de chapa de exterminador no hace sino hacerle la zancadilla al ya de por sí pobre argumento.

La interpretación es buena, así como los efectos sonoros y la caracterización de los orcos. Pero entre el argumento, el sonido de fondo del tío de los palos, algunas cosas sin sentido y demasiado "Sigmar , Sigmar, Sigmar" hacen que pierda mucho. 

Por favor, si este es la primera reseña que te lees, vete a la primera (arriba del todo tienes el enlace). Esa te quitará el mal sabor de boca.

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5 comentarios:

  1. Jajaja muy buena la reseña...espero con impaciencia la muerte del sigmarita Ramus!
    Son tan el marine original de GW que vomito cada vez que leo sigmarine!
    Podrían haberle dado otra personalidad xo para que...si ya funciona en el 40k xque no en el nuevo fantasy no?

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    Respuestas
    1. Jajajaja, me alegro Lynxater. Si te lees donde pone "Golpeando a Nagash", ahí Ramus muere, aunque luego revive, ya que son "Eternos". Y sí, Ramus es mejor capellán que muchos, con una fe inquebrantable en el Emperador, digo, Sigmar xD

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  2. Jajajaja enormes los memes

    Gracias por la reseña y por seguirme poniendo al día de AoS con ellas

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