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8 de agosto de 2015

Sanctus Reach - ¡EL Waaagh Desciende! (Trasfondo)

"Hace calor, las toñas se reparten"

Muy buenas a todos, lectores. ¿Cómo va ese verano? hoy os dejo otra continuación del trasfondo de Sanctus Reach - El Waaagh Rojo. ¡A disfrutar del buen tiempo!

Si quieres el libro con la historia completa, descárgalo aquí: ENLACE

¡EL WAAAGH DESCIENDE!

Las casas de Caballeros de Alaric Prime se pusieron en marcha para reforzar las defensas del planeta ahí donde sus esfuerzos eran requeridos. Millones de Guardias Imperiales altamente capacitados estaban listos para defender el planeta. Alaric Prime se había convertido en algo más que un mero mundo poblado, era un símbolo del desafío del Imperio contra la Amenaza Orka que se cernía sobre él.

Aunque desconfiaron al principio, poco a poco la mayoría de los nobles de las casas de caballeros se impresionaron por el enfoque práctico de los cadianos. El oficial al cargo de las defensas de Alaric Prime era un oficial irritante pero también un líder extremadamente capaz llamado Jakren Stein. El Castellano Stein había estado rugiendo órdenes e intimidando a sus detractores con tanto ahínco que, para cuando los Orkos se aproximaban al planeta, sus escuadrones Hidra y baterías Icarus podían desplegar un abanico de fuego antiaéreo por todas las zonas vitales, despejando los cielos. Neru Degallio y Gaulemort bromearon acerca de considerar que sus mensajeros servo cráneos estarían mejor llevando mensajes terrestres si querían evitar ser derribados por algún cadiano inquieto con las manos en el gatillo.

La atmósfera general por todo el planeta fue la sensación de coraje frente a la adversidad, incluso las principales casas resentidas con los Degallio se vieron forzadas a la paz mientras los cadianos y las tropas del Schola Progenium se emplazaban por doquier. Mientras que las casas de las principales islas mantenían una tregua, el descontento se acrecentaba entre las casas de las islas menores. Muchos pactos y acuerdos ocultos se llevaron a cabo esos días, varios de los cuales giraban en torno al "exterminio accidental" de las casas Degallio y Kestren cuando comenzara el conflicto. Muchas de dichas casas habían alistado a miles de delincuentes menores de los sistemas penitenciarios a los que nombraron Casa Militia. Estas compañías eran indisciplinadas y de moral dudosa pero hasta los más estrictos comisarios hicieron la vista gorda, conocedores de que necesitarían a todos los hombres disponibles cuando el Waaagh se lanzara sobre ellos.

COMIENZA LA INVASIÓN
Las noches fueron pasando, la noticia de la inminente invasión se había extendido de un lado a otro del planeta y los rumores se convirtieron en certezas cuando la población pudo ver a los invasores con sus propios ojos. Simplemente alzando la vista tras la puesta de sol podían verse los puntos luminosos cada vez más grandes de la flota Orka que se aproximaba. Cientos de nuevas "estrellas" poblaron los cielos, con el destello de sus motores tintineando como púlsares. Los civiles se repetían a sí mismos que los cadianos muy probablemente había ideado una defensa maestra para librarse de la flota Orka. Como si fuera para confirmar tal pensamiento, las imágenes recopiladas por las naves de guerra cadianas mostraban que la fuerza de invasión estaba destartalada hasta el extremo, con la mayoría de sus naves ofreciendo un aspecto de poco más que de un montón de losas oxidadas y atornilladas de manera aleatoria, aunque poseían un aspecto temible y contundente. Se consideró un milagro que no se hubieran autodestruido durante las invasiones de Obstiria y Ghul Jesen. Los nobles de las casas Kamata y terryn comenzaron a apostar sobre que caballero podría acabar con más Orkos de entre los que pudieran atravesar el escudo antiaéreo desplegado por los cadianos. Neru Degallio mostró un gesto de disgusto y loas cadianos mantuvieron un sobrio silencio al respecto. Subestimar a los Orkos era tener un pie en la tumba.

Para cuando las naves Orkas entraron en órbita baja, el verdadero plan de invasión Orko quedó patente. El cielo nocturno quedó repleto de destellos rojizos del fuego láser de los cañones Icarus de los reductos Tormenta de Fuego llevaban a cabo las órdenes del Castellano Stein. Casi todas las descargas de láser acertaron en sus objetivos, pero casi todos fueron ineficaces. Llegaban más y más naves Orkas a cada momento y coronas esféricas de llamas empezaron a rodearlas a medida que se adentraban en la atmósfera revelando el secreto que albergaban: un escudo de energía que las protegía de sufrir daño alguno. Aunque su aspecto externo era atroz, los campos de energía de las naves xenos las hacía casi impenetrables. Las sirenas de alarma avisaban de que había que prepararse para la guerra mientras los nobles asociaban sus mentes a sus armaduras de Caballero. Los cadianos mantuvieron su ataque, disparando andanada tras andanada de munición sólida y fuego láser hacia los cielos. Puede que una de cada veinte naves Orkas quedaran convertidas en cometas ardientes, desintegrándose mientras se aproximaban, pero el resto lograron impactar sobre la superficie de Alaric Prime con el torturado chirrido de sus motores a máxima potencia. El suelo tembló allí donde las destartaladas naves llegaban y gigantescas rampas y puentes levadizos empezaron a surgir de los laterales de las naves y, con un rugido que haría temblar a cualquiera que pudiera oírlo, los Orkos empezaron a salir a tropel del interior de sus naves.


Incluso los cadianos quedaron perplejos por la brutal eficiencia con la que las fuerzas de vanguardia Orka habían logrado aterrizar en el planeta. La destartalada apariencia de sus corroídas naves, que a priori daban la sensación de ser una gran debilidad, demostró ser una gran ventaja. Miles de pielesverdes salieron en masa por cualquier escotilla, hueco o comisura de las naves, pisoteándose unos a otros para ser los primeros en lanzar el asalto. Humeantes vehículos empezaron a atravesar los rudimentarios puentes levadizos y en los laterales de las naves, las más gigantescas de todas las máquinas de guerra reventaron las placas laterales de sus transportes en su ruta hacia las llanuras inferiores. El asalto inicial de los Orkos había resonado como un trueno en las tierras concordantes a la Montaña Sagrada (se comentaba que los Orkos también poseen psíquicos y que estos pudieron percibir el grito psíquico que provino del interior de la montaña).

Un anillo de cinco mil kilómetros de fortificaciones rodeaba la Montaña Sagrada, todo él adornado con armamento pesado. Macro-cañones lanzaban disparo tras disparo contra la masa de Orkos que pisoteaban y rugían en los alrededores de sus naves oxidadas. Láseres cuádruples acoplados destrozaban Dreadnoughts Orkos y Karros de guerra a medida que estos surgían de entre las huestes mientras que los bólteres pesados acababan con los pieles verdes a medida que esto se acercaban y se ponían dentro de su letal alcance. Se producía una explosión tras otra formando un espectáculo tan sonoro y cegador que hasta los más duros de todos los cadianos tenían que taparse los ojos debido a la intensidad de las deflagraciones.
No importaba la magnitud de la masacre infringida por las líneas de armas imperiales, siempre llegaban más Orkos. Se abalanzaron sobre las defensas imperiales en gran cantidad mientras gritaban y berreaban. Su gran rugido sediento de sangre era un muro sónico en sí mismo y se hacía más fuerte a cada segundo que pasaba. Los destellos rojizos de fuego láser se unieron a los disparos efectuados por el armamento pesado a medida que los Orkos se ponían a tiro de las dotaciones de soldados de Cadia que defendían cada reducto, y aun así todo esto no fue suficiente para detener la marea verde que se aproximaba.

La masiva carga Orka se estrelló contra las líneas imperiales como un maremoto. Los cuerpos eran arrojados en todas direcciones, las balas zumbaban y rebotaban por doquier y los guardias imperiales fueron arrastrados y machacados por las masas xenos que asaltaban los muros inferiores. De una forma increíble, los Orkos empezaron a usarse entre ellos como escalones para poder alcanzar las zonas altas de los muros, apilándose uno sobre otro en su ansia de derramar sangre enemiga. La guerra por Alaric Prime había comenzado.


GUERRA AÉREA
A pesar de que las destartaladas naves Orkas atravesaron la atmósfera como meteoros, el Castellano Stein desplegó escuadrones de Thunderbolts contra ellos en un intento de purgar todas las naves que fuera posible del cielo. Desde el suelo, los cadianos no podían sino contemplar las estelas que tejían las naves allá arriba en lo más alto de la atmósfera. Lo que parecía un lento ballet entre de humo y fuego desde la perspectiva de las tropas de tierra era una lucha frenética entre los Thunderbolts y los Dakkajets Orkos, con sus armas dejando trazas de fuego en el escaso aire de sus alrededores. Ya en desesperada inferioridad numérica, los Thunderbolts fueron cayendo uno por uno hacia tierra ya que no podían igualar el brutal poder del asalto de las naves de Grukk

8 comentarios:

  1. Como siempre una labor increible si señor, que grandes sois, y que gran aporte para la comunidad, seguid asi.

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  2. Para cuando la siguiente entrega?

    xDDDD

    Que uno está ansioso de seguir leyendo y no en spanglish jejeje

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    1. Jajaja exacto Wolfen. Pues estamos tooodos de vacaciones así que te toca esperar a septiembre, pero vamos al subir este del Waaagh Rojo, el de Stormclaw estaba en proceso.

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    2. Por supuesto, las vacas son lo primero!

      Disfrutadlas!

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    3. ¡Tranqui Wolfen, nadie te va a quitar la parte de los lobos jejeje en septiembre sigue el Waaagh!

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  3. Impresionante trabajo un aplauso para vosotros ya si lo rematais con el shield of baal os hago un momumento.

    Saludos y gracias

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    1. Buenas Mike, gracias por pasarte. Si, el Escudo de Baal saldrá para el año que viene, o eso piensa Jok al menos. Esa es una campaña laaaarga de narices, Esperemos que salga a tiempo.

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